miércoles, 28 de agosto de 2013

La invasión a Siria: El imperio contraataca



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DAVID URRA / CONTRAINJERENCIA – En un articulo publicado recientemente en Contrainjerencia alertábamos sobre la inminencia de un ataque norteamericano contra Siria. Ahora podemos decir que los días están contados para una nueva agresión imperial contra un país que no es del agrado de la potencia hegemónica y no esta dispuesto a aceptar su imposición.
Que esta sucediendo y que vendrá detrás de la actual preparación informativa para allanar el camino de las armas, convenciendo a la opinión “publica” de que el gobierno sirio asesina a sus pobladores, emplea el armamento químico contra los civiles y que el mundo “civilizado” no puede permitir tales “atrocidades” en la era del Internet y el mundo globalizado.
Es por ello que los indicios revelan la inminencia de un ataque que se hace  necesario convertir, en un acto de “salvaguarda” de la seguridad de los pobladores sirios.
Ante todo debemos considerar la similitud de actuaciones que el caso sirio tiene con relación a las otras agresiones desarrolladas por EE.UU. y los miembros del “Eje de la Guerra”, contra países que no son de su agrado y que forman el llamado “Eje del Mal”, que bien pudiera llamarse el “Eje indeseado”, por las características de los países que lo componen.
Primero que  hubo todo un trabajo de análisis de las características del país, sus pobladores, su historia, los grupos étnicos y religiosos que lo conforman, sus características antropológicas y muy especialmente de las particularidades de sus dirigentes políticos.
Posteriormente se hizo en Siria, como en los otros países y en los que están por venir, una estratificación de la sociedad, en consideración a las individualidades antes mencionadas y a la posición que asumían con relación al gobierno actual, ya sea de oposición, coincidencia o neutralidad.
Después de determinar los puntos fuertes y débiles del sistema social imperante, se comenzó a desarrollar un proceso de redireccionamiento de dichos grupos para llevarlos a la posición conveniente para los intereses occidentales.
En el caso Sirio se hizo necesario romper el ecumenismo existente en el país, fruto de la sabia dirección del partido BAASS que logro hacer convivir de forma armónica a las diferentes etnias y vertientes religiosas que existen en esta nación.
Para ello utilizaron su control sobre Al Qaeda, organización creada y desarrollada por la CIA, con el objetivo de utilizar las vertientes extremistas existentes en el Medio Oriente y que tradicionalmente tenían una proyección antinorteamericana, para armarlos y proyectarlos contra los Gobiernos que no eran de su agrado en la zona.
Parte de la estrategia consistió en convertir a los dirigentes políticos de esos países en “infieles” que por sus posiciones flexibles y nacionalistas, habían “traicionado” la religión musulmana y su versión mas extremista.
De esta forma, EE.UU. y sus aliados lograron reclutar a una buena cantidad de aventureros, extremistas y oportunistas, de la mas baja calaña, dispuestos a “defender” la Sharia, a toda costa y a todo costo.
Es así como los discípulos de Bin Laden, guiados en la fe ciega en su religión y caracterizados por su bajo nivel cultural y aventurerismo, son relanzados contra sus propios pueblos, reemplazando a los soldados norteamericanos, cuyo empleo genera tanto escozor en la sociedad norteamericana, deseosa de que los objetivos se cumplan, pero sin la perdida de sus connacionales.
El problema ha radicado en que los sirios se han parado bonito y la campaña antisiria al estilo Libio no dio los resultados esperados, por lo que se decidió generar el pretexto que justifique la intervención directa de las fuerzas occidentales, fundamentalmente con el empleo de los medios de alta tecnología, digamos aviones, misiles y sistemas de logística de todo tipo, para en conjunción con los mercenarios y locales reclutados.
Este componente estuvo presente en la campaña Libia, solo que ahora Rusia y China, convencidas de que seria empleado de la misma forma, no accedieron a “autorizar” el empleo de las fuerzas en territorio sirio.
Si observamos con detenimiento el flujo de informaciones que en estos instantes lanzan las cadenas de Televisión y Radio, los sitios en Internet y la prensa escrita, las constantes declaraciones de personeros de los países que componen el “Eje de la Guerra”, los movimientos de tropas y medios navales en la zona y el incremento de “análisis” de la situación hecho por “expertos” que responden a los intereses imperiales, podremos aseverar que el ataque contra Siria en una u otra versión, es inminente.
Este no es el llamado Plan B, seria el C o el D, pues además del Plan A, que consistió en desestabilizar el país con la introducción de los mercenarios armados para debilitarlo y preparar el terreno para una posterior intervención, se probó con el aumento indiscriminado del terror a los miembros del ejercito que defendían valientemente su soberanía, con la utilización de ataques quirúrgicos hechos por las fuerzas israelíes y con las falsas conversaciones de paz que solo pretendían sentar al gobierno y hacerlo realizar concesiones que al final llevarían al mismo objetivo, derrocar al actual administración e imponer un régimen al estilo de Afganistán, Irak, Libia o cualesquiera de los países ya invadidos.
Este régimen se caracterizaría por mas o menos tener los mismos componentes que los actuales en estos países: constantes luchas fraticidas internas, que permitan “manejar” la situación a su conveniencia y evite el surgimiento de un grupo “hostil”; total entrega de los recursos nacionales a las transnacionales occidentales que extraerán estos a precios ínfimos y sin ninguna ganancia para el país, recibiendo los grupos afines algunas migajas para mantener su fidelidad; absoluta subordinación política e internacional a los intereses occidentales, convirtiéndolos en simples votantes en organizaciones internacionales por encargo de las potencias mundiales; implantación de un sistema de Gobierno precario con leyes extremistas, pero lo suficientemente ambiguas para permitir la expoliación de sus recursos por parte de las transnacionales extranjeras y por ultimo la conformación de unas llamadas fuerzas de seguridad lo suficientemente débiles que no permitan generar un peligro para los intereses de las potencias occidentales, pero lo suficientemente equipadas para reprimir cualquier intento de rebelión de la población.
Ahora solo queda que los medios terminen el trabajo de “demonizacion” de Al Assad y su gobierno, para lo cual se utiliza todo tipo de mentiras y epítetos preconcebidos.
Ayer en CNN, se presentaban las declaraciones del Senador McCain, que desbarraba contra Al Assad y lo describía casi como un demonio. Es increíble como estos personeros occidentales, mienten descaradamente ante los medios masivos asegurando lo que ellos y todo el mundo sabe que es mentira.
El pretexto del uso de las armas químicas por parte del Gobierno sirio contra su propia población es tan burdo que inflama la vergüenza de cualquier persona honesta que escucha, como con tanta tranquilidad sin sonrojarse siquiera, los políticos occidentales lo repiten hasta el cansancio, uno detrás del otro.
Es además farisaico y manipulador como los agresores acusan impunemente a los agredidos de hacer lo que ellos propiciaron.
Ya las cartas están tiradas, los medios militares necesarios dispuestos en la zona, la campaña de difamación esta en su punto mas alto, las potencias “opositoras” han sido convencidas de que es mejor no meterse, a pesar de la falsa imagen que algunos analistas dan de la posible posición de Rusia en el conflicto.
Es necesario destacar que es muy probable que ni Rusia ni China se involucrarán directamente para detener la agresión contra Siria. Solo habrán algunas declaraciones altisonantes, alguna que otra “escaramuza” diplomática y una estrepitosa desbandada de los nacionales rusos y sus medios de Siria.
Después se instaurara un régimen, consecuencia de las ya clásicas amañadas “elecciones” al estilo “oeste americano”, se designará a algún conveniente Sheriff y se “reconocerá” por la ONU y los organismos internacionales al nuevo representante de occidente en este país, cuya única función consiste en votar a favor de lo que digan las potencias en cualquier tema en discusión.
Claro que no todo es color de rosa y no siempre a las potencias occidentales le resultan sus aventuras. Vietnam, Cuba, Venezuela, Angola y otros, son ejemplos de que la determinación de los pueblos, cuando es guiada por una dirección sabia y valiente, puede trastocar los sueños hegemónicos estadounidenses.
Los sirios han logrado “aguantar” el vendaval aunque con grandes perdidas. A nuestro entender, a pesar de sus resultados, han cometido errores que deben enmendar sino quieren perecer en la contienda.
Primero que todo deben saber que desde el punto de vista militar la protección y enmascaramiento de sus fuerzas es indispensable para reducir las perdidas del ataque aéreo y con misiles a que serán sometidos.
Segundo, deben saber que para lograr una victoria es necesario involucrar a todo el pueblo sirio y no solo a las Fuerzas Armadas, con el claro objetivo de crear una red nacional de defensa que permita además territorializar las acciones y convertir el país en un hervidero que haga imposible su ocupación por parte de los agresores.
Tercero, deben dejar a un lado todo vestigio de desavenencias con grupos étnicos y religiosos y sumar a todo el que quiera defender a su país en la lucha.
Cuarto, no hacer concesiones de principio para lograr objetivos transitorios. Deben tener claro de que el objetivo del “eje de la guerra” es destruirlos y que ninguna concesión obtendrá beneficios, solo generara nuevas exigencias, hasta la completa capitulación. El intermediario que venga a Siria a traer propuestas que impliquen concesiones, esta evidentemente apoyando de forma oculta a occidente y por lo tanto deberá ser rechazado.
Existen múltiples ejemplos de este proceder, intencional o no, en que las supuestas “propuestas” de países amigos, han sido el caldo de cultivo para la derrota y posterior desmembramiento del país. Yugoslavia, el Congo, Nicaragua y otros son ejemplos fehacientes. Los verdaderos amigos no solicitan concesiones.
Siria debe resistir, por un periodo mínimo de un mes y hacer la contienda para occidente lo suficientemente costosa que se vean obligados a ceder en sus objetivos. Solo así podrán lograr la victoria.
Hay otro elemento que no se debe soslayar y es el papel de Irán en este conflicto. Los iraníes están en una disyuntiva difícil, o defienden con todo sus recursos a su aliado y por ende asumen un papel activo en el conflicto o deciden hacerse  a un lado y dejar que Siria caiga.
Irán debe tener en cuenta que en el Oriente Medio ellos son la próxima ficha a tumbar y que del destino de Siria depende en gran medida el de su país. Pensar que asumir un papel pasivo quitará a occidente la idea de continuar con el proyecto antiiraní es infantil y muy peligrosa. EE.UU. y sus aliados no desistirán nunca de la intención de destruir la resistencia de Irán.
Así las cosas, tenemos aquí diferentes escenarios: EE.UU. y sus aliados lanzarán sin falta un ataque contra Siria, contando con la pasividad de Rusia y China y con la confianza en que Irán no se inmiscuirá en el asunto. En este caso a los sirios les será muy difícil contrarrestar la agresión occidental en la que participarán además las monarquías corruptas de la región, que necesitan hacer meritos con occidente. Si logran aguantar la andanada será a un costo tan alto que el país quedaría prácticamente en ruinas y se generaría una inestabilidad interna muy difícil de manejar. Por otro lado la participación de otros componentes regionales y mundiales en el conflicto, podría producir una internacionalización del conflicto sirio, involucrando a Irán y Rusia y generando una confrontación todavía mas peligrosa.
¿Podrá EE.UU. evaluar con exactitud las consecuencias de su jugada?
¿Tendrán Rusia e Irán clara la importancia de sus papeles y las posibles consecuencias, no solo para los sirios, sino y para ellos mismos de esta conflagración?
Las respuestas a estas interrogantes son muy difíciles de obtener y solo los dirigentes de estas naciones podrán responderlas.
Una cosa si queda clara, incluso para los ingenuos que ven el conflicto Sirio como algo lejano, que no les concierne o afecta, en este país se esta jugando la continuación o paralización del proyecto hegemónico estadounidense. Si no se detiene, vendrán otros, Corea del Norte, Irán, Venezuela, Cuba, Nicaragua y al final Rusia y China, no lo duden.
Cualquier calculo de costo beneficio es ridículo.
Solo hay dos opciones viables en esta situación: actuar o actuar.

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