RUI FERREIRA / ELMUNDO.ES – Este lunes, muchos niños en Miami regresaron a clases con muchas aventuras que contar. Son los hijos de los exiliados cubanos que fueron a pasar las vacaciones de verano en la isla comunista.
“Me bañaba todo el día en el río de casa de mi abuela”, dice a ELMUNDO.es, José Luis González, un joven de 12 años que regresó al país de sus padres por segundo año consecutivo para pasar el verano con la abuela materna.
El joven es uno de los miles de niños y adolescentes cubanos que fueron enviados en junio y julio a Cuba por sus padres, y volvieron maravillados con el ambiente que encontraron. “Claro que no tuve problemas, ¿qué problemas iba a tener? Estuve con mis primos de nuevo, fuimos al cine, a la playa, anduve a caballo”, agrega.
Lo que le sucedió con José Luis puede parecer normal en algunos países del mundo, pero en Florida donde, sin contar las playas o Disneyworld, los padres no tienen muchas opciones para entretener a los hijos en los meses de verano, Cuba aparece como una alternativa seductora.
“Para nosotros es mucho más barato mandar a nuestro hijo a Cuba con mi madre”, cuenta Luisa Menéndez, la madre de José Luis. Además, apunta, “es mucho más seguro, uno nunca sabe lo que pasa en esos campamentos de verano”.
Todos los años cuando llega el verano, millones de padres se debaten con el mismo problema: ¿qué hacer con sus hijos? En una sociedad como la de Miami, donde generalmente tanto la madre como el padre trabajan, a menos que hayan unos abuelos jubilados que los cuiden en esos meses, el asunto es un dolor de cabeza.
“Los campamentos de verano son caros, unos 500 dólares por los dos meses. Ir a Disneyworld un fin de semana los tres no cuesta menos de 700 dólares. Yo mando a José Luis con mi madre por no más de 400 dólares, le envío dinero para que lo alimente y compre algunas cosas para el resto de la familia. Pero también es mucho más seguro. En Cuba no hay violencia, no hay drogas, los niños no son abusados. Yo sé que con mi madre, mi hijo está seguro”, enfatiza Menéndez.
No hay una cifra exacta sobre la cantidad de niños cubanoamericanos que están viajando a Cuba para pasar el verano con sus familias. Pero no sólo los funcionarios de aduana en el aeropuerto de La Habana se han hecho eco del fenómeno, sino también los que viven en Miami. Es fácil constatar como durante el verano se ha incrementado notablemente el número de niños que viajan solos a Cuba.
Incluso, en supermercados, peluquerías y centros de trabajo, es común encontrar a personas hablando de los viajes de sus hijos a Cuba durante el verano, ya sea porque piensan enviarlos o porque han vuelto.
Curiosamente, en una ciudad altamente politizada como Miami, donde el exilio cubano anticomunista todavía tiene alguna influencia, este tipo de viajes no está levantando muchas críticas pese a que muchos exiliados de línea dura critican todos los nexos con la isla. Tampoco ha llegado a las radios locales siempre tan pródigas en aplastar a todo lo que huela a conexiones con Cuba. Hay varias interpretaciones.
Una tranquilidad
“Familia es familia. Ya pasó de moda eso de criticar los viajes familiares. Además, allá nadie se va a meter con los chicos. Y para los padres, nos gusten o no los viajes es una tranquilidad. Mire esto, sólo la semana pasada murieron cuatro niños en Miami por balas perdidas”, comenta el abogado cubanoamericano, Carlos Gutiérrez.
No es lo que piensa, Piedad Montalvo, una jubilada cubana que se opone a todo tipo de “componenda con los comunistas” y para quien el culpable de todo esto es el presidente Barack Obama. “Ha abierto las puertas al régimen comunista. Está dejando que padres inescrupulosos manden esos niños a Cuba para adoctrinarlos y que vuelvan para destruir este gran país”, dijo a ELMUNDO.es.
Hace dos años, Obama aprobó el levantamiento de todo tipo de restricciones en los viajes de los cubanoamericanos a su país de origen. Incluso, quitó todas las limitaciones al envío de remesas. Hace tres semanas, el Departamento de Estado anunció que pasará a conceder a los cubanos visas múltiples de ingreso a Estados Unidos válidas durante cinco años.
El 14 de enero entró en vigencia una reforma migratoria en Cuba, que acabó con los permisos de salida para los cubanos, con lo cual todos pueden viajar libremente al exterior a menos que se encuentren en libertad condicional ya sea por causas políticas o de delito común.
“Esto es un fenómeno muy interesante que se ha creado en menos de seis meses, muy rápidamente, sin que nadie lo pudiera anticipar. Los niños de acá está viajando allá. Pero ahora, los de allá también pueden venir a Miami a ver a su familia. Me pregunto qué influencia tendrá esto en el futuro de Cuba, porque los viejitos de acá ya no cuentan, lo más que pueden es suspirar”, dice Gutiérrez.
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