Desde horas tempranas comenzó el tributo en el mausoleo erigido al líder del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), en las cercanías del lago Xolotlán.
Para el jefe guerrillero, caído en combate el 7 de noviembre de 1976, hay prendida en esta capital “una llama eterna”, junto a la cual fueron depositadas cientos de flores, mientras el conjunto escultórico también acogió coronas elaboradas para la ocasión.
Estudiantes, diputados, veteranos combatientes, integrantes de organizaciones sindicales y juveniles acudieron al sitio, donde reposan igualmente los restos del comandante Tomás Borge, otro fundador del FSLN e inspirador de las luchas revolucionarias en esta nación centroamericana.
Al pie del mausoleo muchos entonaron el himno compuesto hace años para el comandante Carlos, al que Nicaragua reconoció como “novio de la Patria roja y negra” (colores de la bandera sandinista), “tayacán, vencedor de la muerte”.
El presidente de la Asamblea Nacional, René Núñez, recordó que Fonseca, como fundador del FSLN, “dio lecciones de vida inconmensurables”, válidas para todos los tiempos.
Mientras el diputado Jacinto Suárez, jefe de Relaciones Internacionales del Frente, consideró el deber de recordar a los compañeros que cayeron en la lucha con la convicción de otros la seguirán, “y a nosotros nos tocó seguirla, tenemos ese compromiso de continuar adelante con la obra que él comenzó”, estimó.
PL
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