martes, 10 de diciembre de 2013

El Ku Klux Klan dominicano

Por Juan Taveras Hernández/Periodista y poeta

Me pregunto si la sentencia 168 del Tribunal Constitucional, considerada discriminatoria y racista porque le niega la nacionalidad a millares de dominicanos de origen haitianos, no forma parte de un plan de Leonel Fernández para desestabilizar el Gobierno de Danilo tanto en el plano local como internacional. ¡Tanta torpeza no me parece casual!
La sentencia del tribunal, con carácter retroactivo hasta el año 1929, que viola derechos fundamentales de cientos de hombres, mujeres y niños de ascendencia haitiana, ha sido rechazada por la mayoría de los dominicanos, así como por casi todos los países del mundo y por la Organización de las Naciones Unidas, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, creándole a Danilo una crisis tanto interna como externa.
Los que elaboraron el documento no son estúpidos, ni oligofrénicos. Sabían con exactitud lo que estaban haciendo y sus consecuencias. Una cosa es la regulación migratoria a partir del 2010, como bien lo establece la Constitución de esa fecha, y otra, muy distinta, la desnacionalización de dominicanos de origen haitiano.
El Tribunal Constitucional dio un salto al vacío. Miles de seres humanos quedan huérfanos de madre patria. No son dominicanos, pero tampoco haitianos. Forman un ejército de apátridas. Gente que no ha ido nunca ase país, que no habla su idioma, que no práctica su religión, que no conoce ni baila su música, que no tiene familia allí, es considerada haitiana.
Parecería como si la República Dominicana estuviera en los peores momentos de la segregación racial, del Ku Klux Klan de Estados Unidos, la primacía blanca de los fascistas alemanes o el apartheid sudafricano abolido por Nelson Mandela.
Todos sabemos que solo mentes retorcidas, llenas de odio y sed de venganza, pudieron sentarse y producir un documento tan reaccionario como el dado a conocer por el Tribunal Constitucional que, curiosamente, está presidido por un negro cocolo cuyos orígenes se encuentran en Haití y en las Antillas provenientes de África.
(Inexplicablemente el presidente que declara días de luto por la muerte de Nelson Mandela es el mismo que acoge como buena y válida una medida cargada de odio histórico contra negros que viven en nuestro territorio desde hace siglos).
Estoy a favor de la regulación de los inmigrantes no importa su nacionalidad, más no en contra de los negros haitianos. (Muchos alemanes, italianos, franceses, libios, españoles y demás “blanquitos”, llegan huyendo de sus respectivos países donde han cometido toda clase de crímenes y delitos sin que nadie les pregunte nada. Son blancos. ¡Basta!).
Más de dos millones de dominicanos han tenido que emigrar hacia Estados Unidos, Puerto Rico, España, Holanda, etc. Salen huyéndole a la miseria. Algunos han estudiado y progresado. Otros se han dedicado al crimen y han regresado en ataúdes o extraditados. Concejales y congresistas tienen origen dominicano. Nos place que así sea. Nos sentimos orgullosos de la nacionalidad estadounidense que adquieren nuestros familiares.
¿Se imaginan un dominicano de origen haitiano ocupando algún cargo de elección popular en nuestro país? ¿Se imaginan a los haitianos organizados en sindicatos y partidos? ¿Se los imaginan organizados reclamando sus derechos en la construcción y en los campos agrícolas donde suelen ser explotados y estafados, sin seguridad social, ni salarios justos, como esclavos modernos?
El Ku Klux Klan dominicano no lo permitiría. Antes moriría de rabia.
(Peña Gómez no alcanzó la presidencia de la República por su origen haitiano. El presidente del PRD, su viuda y una parte de sus hijos vergonzosamente apoyan la sentencia que lo desnacionaliza. ¡Traidores!).

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