EL TELEGRAFO / Nueva Italia, Michoacan, México – “Tuvimos que armarnos porque el Gobierno no nos protege del narcotráfico. Sabemos que es ilegal, pero tenemos que defender a nuestra familia y a nuestro pueblo”, con esta frase Hipólito Mora, uno de los líderes de los grupos de autodefensas, justificó la guerra que han emprendido cientos de civiles contra los carteles del narcotráfico en el estado de Michoacán, al oeste de México.
En una entrevista con el portal InfobaeTV, Mora indicó que los pobladores vigilan día y noche las entradas de los pueblos ante el temor de acciones violentas por parte del cartel ‘Los Caballeros Templarios’, que actúa en la zona. “Aquí no hay jueces ni curas que puedan hacer algo”, añadió.
El nivel de violencia es tal que afirma que uno de los capos lo retó a un duelo. “Como en el Viejo Oeste, yo estoy siempre armado, porque tengo que defenderme”, admitió. “Compramos armas, sabemos que es ilegal, pero no podemos enfrentar a una organización asesina sin armas de grueso calibre”, justificó Mora.
Michoacán se ha convertido en el mayor desafío para la estrategia de seguridad del presidente Enrique Peña Nieto desde que hace casi un año empezaron a surgir en varias comunidades las autodefensas, grupos de vecinos que se levantaron en armas para protegerse de las extorsiones, secuestros y asesinatos a los que están sometidos hace años por ‘Los Caballeros Templarios’.
Este estado se ha convertido en el mayor desafío para
el plan de seguridad de Peña Nieto.Pero tras una escalada de violencia en las últimas semanas, el gobierno federal desplegó esta semana una ofensiva y desplazó más de 200 policías a la región de Michoacán para tomar el control de los principales bastiones de los narcotraficantes y negociar la retirada de las autodefensas.
el plan de seguridad de Peña Nieto.Pero tras una escalada de violencia en las últimas semanas, el gobierno federal desplegó esta semana una ofensiva y desplazó más de 200 policías a la región de Michoacán para tomar el control de los principales bastiones de los narcotraficantes y negociar la retirada de las autodefensas.
Las fuerzas federales asumieron el control de los municipios de Apatzingán (unos 120.000 habitantes), considerado el gran feudo del cartel ‘Los Caballeros Templarios’, Uruapán (315.000) y Múgica (45.000), y desarmaron a policías municipales para investigar si han colaborado con la delincuencia.
Ayer, funcionarios del Gobierno, mandos militares y el gobernador de Michoacán, Fausto Vallejo, se reunieron con jefes de las autodefensas. Al término del encuentro, Estanislao Beltrán, uno de los voceros del movimiento, dijo que no confirmaría ningún acuerdo hasta que se analice con el resto de coordinadores.
De igual manera, criticó que, pese al intenso despliegue policiaco en Apatzingán, sigan cometiéndose actos criminales, como el incendio de una farmacia. “Si está sitiado (el municipio), ¿por qué están quemando negocios?”, cuestionó. “No hay seguridad para el pueblo, esa es la preocupación”, enfatizó.
DATOS
Los grupos de civiles armados, que operan en 15 de los 113 municipios de Michoacán, surgieron hace casi un año ante el hastío de las comunidades por la falta de atención de las autoridades y la sospecha de que los cuerpos policiales están al servicio del crimen organizado.
El secretario de Gobernación (Segob) de México, Miguel Ángel Osorio Chong, anunció ayer que las fuerzas federales tomaron el control de los municipios de Apatzingán, Uruapán y Múgica, enclavados en la región de Tierra Caliente, en Michoacán.
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