Un par de palomas de la paz fueron liberadas esta mañana por el Papa Francisco y un grupo de niños, pero se encontraron con una situación desafortunada. Una gaviota y un cuervo atacaron a las dos aves sagradas, ante la atenta mirada de miles de personas en la plaza de San Pedro.
La imagen ha dado la vuelta al mundo, ya que el forcejeo de las aves parece simbolizar la lucha entre el bien y el mal.
La paloma perdió algunas plumas al intentar zafarse de la gaviota, mientras el cuervo se abalanzaba sobre la otra paloma.
No se sabe si las aves lograron escapar de sus atacantes. El Pontífice había realizado momentos antes una llamada por la paz en Ucrania, «para que el espíritu de la paz y la busqueda del bien prevalezcan sobre esta nación».
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