Madrid se ha convertido este jueves en el escenario de unas manifestaciones que exigen la libertad de los detenidos durante las protestas del 22 de marzo y denuncian la “dureza represiva”, que a su juicio “ha alcanzado límites alarmantes”.
Bajo el lema ‘Frente a la provocación y represión, la dignidad del pueblo’, la acción, convocada por los organizadores de las Marchas de la Dignidad a través de las redes sociales, ha arrancado en Atocha discurriendo por la Plaza de Jacinto Benavente para acabar en la Puerta del Sol.
“Hubo un despliegue policial desproporcionado de 1.700 agentes de la UIP, utilizado para amedrentar y reprimir al pueblo, con cargas policiales previas a la finalización del acto y desoyendo las peticiones de detención del ataque que desde la propia megafonía solicitó la organización. Se sirvieron de diverso material antidisturbios como porras, escopetas y gases lacrimógenos”, indica la coordinadora de las Marchas en un comunicado.
Asimismo, denuncian que las personas detenidas fueron “maltratadas” estando “ocho horas de pie contra la pared, manos en alto, negándoles agua y comida en 24 horas”, por lo que critican “la persecución policial que ha alcanzado límites alarmantes”.
Los activistas exigen “que se retiren los cargos de todos los acusados y la libertad inmediata de los dos compañeros detenidos”. Asimismo, exigen también la destitución de la delegada del Gobierno en Madrid, Cristina Cifuentes, y del jefe de Policía de Madrid, Alfonso Fernández Díaz, “a los que consideramos responsables directos de este ataque”, así como la dimisión del ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz.
El pasado 22 de marzo unos dos millones de personas de toda España —50.000 según fuentes policiales— salieron a las calles de Madrid para reclamar “pan, techo y trabajo”. Después de que la Policía empezara a dispersar la Marcha de la Dignidad en la Plaza de Colón, al menos 101 personas resultaron heridas y 29 fueron detenidas.
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