El jesuita holandés Frans van der Lugt fue asesinado a tiros el lunes 7 de abril de 2014 por hombres armados en la ciudad de Homs, en el oeste de Siria, según ha anunciado el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).
El padre Frans van der Lugt, de 75 años, había optado por permanecer en la Casa de los Jesuitas en el barrio de Bustan al-Diwan, en el casco antiguo de Homs, un lugar asediado y convertido en campo de batalla.
La noticia ha sido confirmada por el Vaticano, a través de su nuncio en Damasco, el arzobispo Mario Zenari, quien aseguró a los medios de comunicación que el cura falleció por dos disparos que recibió en la cabeza por parte de un grupo armado.
«Desconocemos las circunstancias exactas de su muerte. Ha sido una gran sorpresa, porque él había sobrevivido a bombardeos y tiroteos en Homs, donde decidió quedarse por su propia voluntad», señaló Zenari.
Aún se desconoce el motivo del ataque y hasta el momento nadie se ha responsabilizado del asesinato ocurrido en Bustan al-Diwan, un vecindario de Homs en manos de los «rebeldes» desde hace un año y cercado por el Ejército sirio.
El gobernador de Homs, Talal al-Barazi, aseguró que los asesinos del sacerdote son miembros del Frente al-Nusra, vinculado a Al-Qaeda.
«Van der Lugt vivía en la ciudad desde hace 40 años y su labor humanitaria era muy apreciada», afirmó el gobernador.
El cura rechazó abandonar el distrito cuando se produjo la evacuación de civiles de los barrios asediados de Homs el pasado febrero, tras un acuerdo auspiciado por la ONU entre las autoridades sirias y los «rebeldes».
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