El impostor primer ministro de Ucrania, Arseny Yatseniuk, ha sido recibido por alemanes como genocida y agresor, merecedor de un nuevo Núremberg.
Yatseniuk llegaba a Alemania invitado por sus autoridades para participar en un acto del establishment europeo – la entrega del Premio Carlomagno en la ciudad de Aachen. Sin embargo los habitantes de la ciudad no le dejaron sentirse parte de la élite occidental. Le dieron a entender que no es más que un criminal asesino.
Las pancartas portadas por los manifestantes condenaban el régimen fascista ucraniano y la aniquilación de los civiles en Donbass.
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