El estado de Tennessee, en Estados Unidos (EU) decidió cómo responderá a la escasez de fármacos usados para las inyecciones letales que se aplican a presos condenados a muerte: con la silla eléctrica.
El gobernador republicano Bill Haslam firmó una ley el jueves para permitir al estado electrocutar a presos condenados a muerte en caso de que las prisiones no puedan obtener los fármacos usados en las inyecciones letales, que se han vuelto cada vez más escasas debido a un boicot de empresas europeas.
Legisladores de Tennessee aprobaron la ley para el uso de la silla eléctrica en abril, al registrarse una votación de 23-3 en el Senado y de 68-13 en la Cámara de Representantes local.
Tennessee es el primer estado que aprueba una ley para volver a utilizar la silla eléctrica sin dar otra opción a los presos, dijo Richard Dieter, director ejecutivo del Centro de Información sobre la Pena de Muerte, una organización sin fines de lucro con sede en Washington, que se opone a la pena capital.
“Hay estados que permiten a los reos escoger, pero es un asunto muy diferente que un estado imponga un método como la electrocución”, dijo. “Ningún estado había ido tan lejos”, agregó.
La decisión se presenta en momentos cuando la inyección recibe mayor escrutinio como método de ejecución, especialmente por el procedimiento que salió mal el mes pasado en Oklahoma.
En enero, los legisladores de Missouri Rick Brattin y Bruce Burns, de Wyoming, presentaron proyectos de ley en sus parlamentos locales, para que se permita a las autoridades restituir el pelotón de fusilamiento en caso de que no se pueda aplicar la inyección letal, informó entonces Univisión. Dichas propuestas no han sido aprobadas.
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