Desde que el pasado febrero, el sector pro-europeo de la burguesía ucraniana, apoyado por EEUU y la UE, en alianza con organizaciones fascistas, se hiciera con el poder en Ucrania, no han dejado de sucederse hechos de alta relevancia política, cuya lectura debe hacerse en el marco de la crisis sistémica del capitalismo que esta incrementando la rivalidad y los antagonismos inter-imperialistas.
Tras la instauración de la junta golpista y la convocatoria de elecciones anticipadas para el 25 de mayo destinada a legitimar internacionalmente la maniobra de la junta, en un escenario de arrinconamiento y persecución de cualquier opción política contraria a los intereses de la burguesía pro-europea, sumada ademas de un incremento de los ataques a los intereses y ciudadanos rusos han desatado una respuesta obvia.
En rechazo a la junta de gobierno instalada en Kiev, con numerosos ministros pertenecientes a organizaciones fascistas, y que también ocupan puestos clave del ejercito y la administración, se inició un fuerte movimiento de resistencia antifascista en las zonas de mayoría ruso-parlante, como Crimea y varias ciudades del este ucraniano, con apoyo político, moral y militar de Rusia. Hasta ahora, la situación se ha saldado con la anexión de Crimea a Rusia, tras un referéndum de autodeterminación, y la toma de los edificios institucionales en el este de Ucrania, seguidas de proclamaciones de creación de una serie de “repúblicas populares”, siempre en medio de amenazas de una retoma a sangre y fuego por el ejercito ucraniano.
Si bien, dichas repúblicas populares, así como las auto-defensas antifascistas, no tienen un programa socio-económico claro, mas allá del rechazo a la junta y a las organizaciones fascistas, la federalización de Ucrania y la posible anexión a Rusia, hay que destacar como hecho muy positivo, la inspiración soviética de la mayoría del movimiento de resistencia, que aun siguen viendo en la extinta Unión Soviética, el símbolo de una época de unidad en torno a un proyecto de progreso y de bienestar para los trabajadores.
La ofensiva militar del ejercito ucraniano, con apoyo de mercenarios de compañías como Blackwater, y asesorados por el pentágono, la CIA y el FBI, ha dejado ya mas de una decena de muertos, ante la resistencia del pueblo y las organizaciones antifascistas que se han enfrentado directamente y en muchos casos sin armas al ejercito comandado por golpistas. La estrategia de baja intensidad del ejercito pasa por provocar una respuesta militar de los resistentes, aumentando el numero de bajas, legitimando y “forzando” al ejercito ucraniano a intervenir con todas sus fuerzas, restando legitimidad a una posible intervención militar directa de Rusia.
En dicha ofensiva, al igual que en otros conflictos (Balcanes, Colombia, Centroamérica) el ejercito se apoya por una fuerza irregular de carácter paramilitar, que en este caso esta compuesta íntegramente por las organizaciones fascistas neo-nazis “Sector Derecho”, “Sbovoda” entre otras. La necesidad táctica militar de la burguesía pro-europea, que aspira a asentar su poder, de infligir la mayor cantidad de bajas a fin de atemorizar al movimiento antifascista, ha hecho que los grupos fascistas asuman su papel histórico de defensa de la burguesía, constituyendo estos grupos irregulares, de los cuales el estado puede desentenderse, no así como de su propio ejercito para cometer actos atroces que minen la moral de los grupos antifascistas.
El accionar brutal de estos grupos irregulares ha tenido su punto álgido el pasado 2 de mayo, donde miembros de la organización fascista “Sector Derecho” incendio un emblemático edificio en la ciudad de Odessa, asesinando a mas de 30 militantes de izquierda y resistentes antifascistas, en su mayoría del Partido Comunista de Ucrania.
Como hemos afirmado anteriormente la lectura de estos hechos debe hacerse en clave local, regional e internacional, sobre la base del aumento de los conflictos inter-imperialistas entre Rusia y EEUU en alianza con la UE.
Ha sido la necesidad de frenar el avance de Rusia, potencia imperialista en ascenso, lo que ha motivado a los EEUU y a la UE a fomentar un golpe de estado, -siguiendo el patrón de las revoluciones de colores- que asegure su influencia en Ucrania. El imperialismo ha aprovechado el escenario de pobreza, desempleo y desintegración social que se da en Ucrania y en general en todo el área del este de Europa, tras la victoria de la contrarrevolución en la Unión Soviética, sin tener en cuenta los efectos que dicha intervención produciría. Por estos mismos motivos es un hecho incuestionable, que la intervención militar en su vertiente regular e irregular continuara hasta lograr su objetivo, ya que es una cuestión vital para el plan de dominación geoestratégica del imperialismo norteamericano.
Por otro lado, Rusia esta aprovechando de manera oportunista el conflicto, mas allá del necesario apoyo que ha ofrecido a la resistencia antifascista, para seguir posicionándose como potencia imperialista de relevancia en el escenario internacional, así como mantener el equilibrio geoestratégico asegurando sus fronteras ante la mas que segura entrada de Ucrania en la OTAN y el programa de escudo anti-misiles. En este sentido, no debemos caer en engaños o falsas ilusiones con la retórica antifascista del ejecutivo ruso, pues es un movimiento oportunista de un gobierno que ha seguido la estela contrarrevolucionaria del resto de gobiernos que, tras la caída de la URSS, ha dilapidado progresivamente todas las conquistas del que fue el primer estado socialista en la historia.
Ante estos hechos, desde la Unión de Juventudes Comunistas de España declaramos:
- Nuestra condena a la brutal acción llevada a cabo por el fascismo el día 2 de Mayo en la ciudad de Odessa que costo la vida a decenas de militantes antifascistas. Asimismo nos solidarizamos con las familias de las víctimas de tan salvaje agresión.
- Nuestra condena a los grandes poderes mediáticos en el estado español que calificaron el golpe de revolución y a los fascistas de revolucionarios, y que en esta ocasión están tratando de absolver al fascismo de sus crímenes presentando el asesinato de decenas de militantes, como el producto de una confrontación entre dos partes iguales.
- Nuestro rechazo a la intervención militar de la junta ucraniana, que esta interviniendo directamente contra su propio pueblo desarmado, hecho tipificado como delito internacional. Asimismo denunciamos la estrategia concentración de fascistas procedentes de toda Europa, que están acudiendo a Ucrania a combatir como mercenarios, hecho que sin duda traerá consecuencias al resto de países de la zona.
- Nuestro firme apoyo solidario a nuestros camaradas del Partido Comunista de Ucrania y la Unión de la Juventud Comunista de Ucrania, organizaciones a las cuales pertenecían muchos de los asesinados el pasado 2 de Mayo, así como al resto de la resistencia antifascista.
- Nuestro llamado a nuestra militancia, así como a las organizaciones anti-imperialistas y progresistas a mantenerse alerta y organizarse para la denuncia del auge del fascismo, en base a la experiencia histórica de nuestra lucha contra el fascismo.
Ante el asesinato de decenas de antifascistas. Solidaridad con la resistencia antifascista y los comunistas ucranianos
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