Poco después del ataque contra el avión de Malaysian Airlines, un operador de la torre de control aéreo de Kiev dio a conocer su testimonio en el sentido de que el misil fue disparado por el Ejército de Ucrania, el cual es apoyado por los EE.UU. y la OTAN (dar click aquí para ver testimonio).
Inmediatamente, retiraron al operador de su cargo y los Servicios Secretos ucranianos incautaron las grabaciones que contenían las conversaciones entre la torre y el avión (ver aquí).
A los tres días del ataque, Rusia tenía ya las pruebas de que lo revelado por controlador aéreo era verdad: imágenes satelitales demuestran que un jet del Ejército de Ucrania volaba al lado del MH17 minutos antes del ataque, y que ese día se había colocado el Sistema BUK de misiles. Además, de que se desviaron el vuelo 200 km. de su ruta normal, y se le dieron instrucciones para descender a 10,000 pies de altura. (Aquí puedes ver las imágenes satelitales).
La torre de control de Kiev, había desviado el vuelo MH17 para que pasara por encima de la zona de guerra, en donde los rebeldes de las autodefensas ucranianas, han estado recibiendo baterías de misiles tierra-aire por parte de Vietnam. En enero, confiscaron en Finlandia una de esas baterías BUK por contrabando.
Ver aquí la ruta que hicieron seguir al avión de Malaysian Airlines desde la torre de control de Kiev: ruta desviada.
Todos estos datos, y el hecho de que los Estados Unidos hayan declarado inmediatamente que fue Rusia la causante de este atentado, nos lleva a concluir que nos encontramos ante una bandera falsa.
Una de las estrategias militares más antiguas es la de crear un aparente "enemigo" o favorecer que un enemigo verdadero golpee, para así poder alegar, ante la opinión pública, una agresión posterior. La estrategia se llama Operación de Bandera Falsa (en inglés False Flag Operation).
Maestros en esa estratagema fueron los emperadores romanos: Nerón mandó quemar la ciudad de Roma y acusó falsamente a los cristianos, con lo cual tuvo el pretexto para poder perseguirlos. Lo mismo hizo después el emperador Diocleciano.
También lo hizo Hitler en febrero de 1933, cuando mandó quemar en secreto el palacio del Reichstag. Les echó la culpa a los comunistas, y eso le facilitó perseguirlos y tomar el poder.
Pero los grandes expertos en la táctica de "bandera falsa" son Israel y los Estados Unidos. Éstos últimos la utilizaron por primera vez en 1898, cuando hundieron ellos mismos su propio barco naval USS Maine, echándole la culpa a España de haberle lanzado un misil. Años después, cuando se encontró el Maine en el fondo del mar, se encontró que la explosión vino de adentro, y no de un misil externo. De esta forma, los Estados Unidos tuvieron la justificación, ante la opinión pública mundial, de entrar en guerra contra España. Para lograr ese objetivo sacrificaron a 266 soldados estadounidenses.
Esa misma estrategia la usaron, el 7 de diciembre de 1941, en el ataque a Pearl Harbor. Ese operativo de bandera falsa estuvo basado en el llamado Memorandum McCollum, un documento elaborado por el teniente coronel Arthur McCollum quien se desempeñaba como director de la Oficina Naval de Inteligencia en la Sección del Este Asiático.
El Memorandum, redactado con fecha del 7 de octubre de 1940 y dirigido al presidente Roosevelt, consiste en ocho acciones a tomar para provocar que Japón atacara intereses estadounidenses, y así justificar ante la opinión mundial entrar a la Segunda Guerra Mundial contra Japón.
Una vez fraguado el plan de atacar Pear Harbor, por parte de Japón, los Estados Unidos no sólo no hicieron nada para evitarlo, sino que además le dieron cobertura al ataque, sacando mar adentro los nuevos portaaviones y dejando en el puerto los buques de guerra que eran antiguos. Sacrificaron entonces a 2,471 estadounidenses.
La táctica se repitió en 1967, facilitando el ataque contra su propio naviero USS Liberty (sacrificaron a 34 marines), y en el año 2000 contra el USS Cole (sacrificaron a 17 marines), echándole la culpa a Sudán.
Pero el operativo de bandera falsa más sofisticado fue el auto ataque contra las Torres Gemelas, el 11 de septiembre de 2001, cuando agentes de una estructura paralela a los servicios secretos occidentales (CIA, MOSSAD israelí e ISI paquistaní, con cómplices en el Pentágono y en el gobierno estadounidense), organizaron un acontecimiento mediático que justificó la posterior embestida militar contra Iraq y Afganistán. Entonces sacrificaron cerca de 3,000 civiles.
Apenas despegar aviones de vuelos comerciales, los tiraron al mar, y después estrellaron, contra el Word Trade Center, dos aviones militares vacíos pilotados desde tierra. El primero en dar a conocer este dato fue el ex ministro de Defensa de Alemania en su libro "9/11 and the CIA". Las Torres Gemelas fueron derribadas un par de horas después mediante demolición controlada, y por la tarde derribaron, también por demolición controlada, el llamado "Edificio 7", donde se encontraba el centro de operaciones desde el cual coordinaron todo el operativo.
Hoy se sabe que Al-Qaeda es una mera fabricación de propaganda para justificar el control global "antiterrorista", que Bin Laden era un agente doble de la CIA, y que, como declaró el ex ministro inglés Michael Meacher, el 11/S fue un "trabajo interno" de la inteligencia occidental.
Las siguientes son palabras de Robin Cook, quien fuera ministro de Asuntos Exteriores del Reino Unido: "La verdad es que no existe ningún grupo islámico o terrorista llamado Al Qaeda. Cualquier funcionario de inteligencia bien informado lo sabe. Pero existe una campaña de propaganda para hacer creer al público que hay una entidad de ese tipo identificada con "el mal", sólo para llevar a que el televidente acepte un liderazgo en la guerra contra el terrorismo. El país detrás de esta propaganda son los Estados Unidos".
El más reciente operativo de bandera falsa está en marcha, comenzó en enero de 2011 con la llamada "Primavera Árabe", y consiste en financiar, por parte de los Estados Unidos, Israel y alguno países de la OTAN, a terroristas mercenarios traídos desde países ajenos a los conflictos, pero presentados a la opinión pública como movimientos sociales de origen local.
La última etapa de ese primer operativo de bandera falsa es la destrucción de Siria, situación que fue predicha en las Escrituras, y que aparentemente refleja una agresión nuclear, ya que la capital siria será completamente destruida: "He aquí que Damasco dejará de ser ciudad; será un montón de ruinas. Cesará el reino de Damasco, y lo que quede de Siria será como la gloria de los hijos de Israel, dice Yahvé de los ejércitos" (Is 17, 1-3; 9). También Jeremías y Amós señalan que Damasco será destruida por el fuego (Jr 49, 23-27; Am 1, 3-5).
Con el ataque de bandera falsa, derribando el vuelo MH17 de Malaysian Airlines, los EE.UU pretenden tres cosas: a corto plazo, obligar a Europa a no seguir comprando a Rusia el Gazprom. A mediano plazo, tener un casus belli para irse contra Rusia por el doble desafío de haber recuperado la península de Crimea, y de haber creado el banco de los BRICS, en el que el dólar quedará desplazado por una canasta de monedas propias. El dólar a la letrina es la más benigna comparación ante el más grande golpe asestado contra el decadente imperio americano.
A largo plazo, tener la justificación, ente la opinión pública mundial, de emprender la ya establecida 3a Guerra Mundial con la que lograrán imponer su ahelado gobierno mundial (ver aquí). Es cuestión de tiempo.
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