Durante su intervención en la 69ª Asamblea General de la ONU, el canciller ruso, Serguéi Lavrov, ha denunciado la postura de la alianza occidental liderada por EE.UU., consistente en decidir por todos lo que está bien y lo que está mal.
El jefe de la diplomacia rusa se refirió a la costumbre de Washington de "utilizar la fuerza militar de forma unilateral en cualquier lugar para defender sus propios intereses". "La intervención militar se ha convertido en la norma", agregó, recordando que eso es así pese a que todas las operaciones militares libradas por EE.UU. acaban con un "resultado deplorable".
Lavrov subrayó que "el propósito de las diferentes 'revoluciones de color' y de otros proyectos destinados a cambiar regímenes indeseables es provocar el caos y la inestabilidad".
La intervención militar se ha convertido en la norma
El ministro ruso denunció que hoy Ucrania se ha convertido en "la víctima de dicha política arrogante" y que la situación que se vive allí ha puesto de relieve "profundos y sistemáticos vicios de la arquitectura existente de la zona euroatlántica".
"Occidente tomó el rumbo hacia una 'organización vertical de la humanidad' bajo sus estándares no inofensivos", dijo Lavrov. A su juicio, tras proclamar la victoria en la Guerra Fría, EE.UU. y la UE "buscan ampliar su espacio geopolítico bajo su control sin contar con los intereses legítimos de todos los pueblos de Europa".
"Occidente tomó el rumbo hacia una 'organización vertical de la humanidad' bajo sus estándares no inofensivos", dijo Lavrov. A su juicio, tras proclamar la victoria en la Guerra Fría, EE.UU. y la UE "buscan ampliar su espacio geopolítico bajo su control sin contar con los intereses legítimos de todos los pueblos de Europa".
El propósito de las diferentes 'revoluciones de color' es provocar el caos y la inestabilidad
El hecho de que la OTAN opte por la retórica hostil y la reducción de la cooperación con Rusia, incluso en detrimento de sus propios intereses y el desarrollo de la infraestructura militar cerca de las fronteras rusas, ha puesto de manifiesto "la incapacidad de la alianza de cambiar su código genético originado en la Guerra Fría".
Lavrov subrayó que EE.UU. y la Unión Europea apoyaron el golpe de Estado en Ucrania justificando cualesquiera fueran las acciones de las autoridades autoproclamadas de Kiev, que optaron por "la represión violenta de aquella parte del pueblo ucraniano que rechazó los intentos de imponer a todo el país órdenes anticonstitucionales, que quiso defender sus derechos a mantener su lengua materna, la cultura y la historia". De acuerdo con el ministro ruso, fueron estos factores los que obligaron a la población de Crimea a celebrar el referendo de autodeterminación.
A lo largo de todas las etapas de la crisis ucraniana -opina Lavrov- se han producido intentos de distorsionar la verdad. El ministro recordó que no se hace nada para identificar y castigar a los culpables de los acontecimientos sangrientos de Maidán en febrero pasado, ni de los asesinatos en Odesa, Mariúpol y otras regiones de Ucrania y que se demora la investigación de la tragedia del Boeing malasio.
El titular de la diplomacia rusa aseguró que Rusia está dispuesta a seguir apoyando activamente la búsqueda de una solución política, si bien reiteró que "debe quedar claro que lo hacemos por el bien de la paz, la tranquilidad y el bienestar del pueblo ucraniano, y no para satisfacer ambiciones de algunos". Según él, "los intentos de ejercer presión sobre Rusia para obligarla a rechazar sus valores de verdad y justicia" son "absolutamente inútiles".
"¿Por qué no adoptar una declaración de la Asamblea General sobre la no injerencia en los asuntos internos de los Estados soberanos, sobre el no reconocimiento de un golpe de Estado como método de cambio de régimen?", propuso Lavrov.
"Llegó la hora de excluir por completo de la comunicación internacional los intentos de presión ilegal de unos estados sobre otros", agregó el ministro, subrayando que el hecho de que las sanciones carecen de sentido y son contraproducentes lo evidencia el embargo estadounidense contra Cuba.
"La política de ultimátums, la filosofía de superioridad y de dominación no responden a las necesidades del siglo XXI, entran en conflicto con los procesos objetivos de formación de una orden mundial democrático y policéntrico", advirtió.
Lavrov hizo un llamamiento a "romper los estereotipos de siglos de antigüedad" y "reivindicaciones de excepcionalidad". "No se debe permitir que el egoísmo nacional prevalezca sobre la responsabilidad colectiva nacional", subrayó.
A su juicio, "los esfuerzos conjuntos solo pueden construirse sobre los principios del respeto mutuo y la consideración mutua de los intereses, como se hace, por ejemplo, en el BRICS y la OCS, en el Grupo de los 20 y el Consejo de Seguridad de la ONU".
En materia de lucha antiterrorista, Lavrov dijo que tiene basarse en el derecho internacional y subrayó que los ataques contra los yihadistas en Siria deben realizarse en cooperación con Damasco. "Damasco ya ha demostrado la capacidad de interactuar con la comunidad internacional para cumplir con sus compromisos en el marco del programa para la eliminación de las armas químicas", recordó.
El canciller ruso dijo que la amenaza terrorista requiere un enfoque integral, "si queremos erradicar sus causas y no estar condenados a reaccionar a los síntomas".
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