El primer presidente indígena de Bolivia, que busca un tercer mandato en las elecciones del 12 de octubre, asegura que gracias a sus políticas el país logró avances en la lucha antidrogas, aunque no descarta un nuevo relacionamiento con Estados Unidos si obtiene un triunfo en los comicios, a los que llega con amplia ventaja en las encuestas.
“Sin chantajes, sin condicionamientos como era antes, bienvenida cualquier ayuda. Qué mejor de EEUU”, dijo Morales esta semana en la ONU, donde denunció que la Casa Blanca “no cumple con los convenios internacionales de responsabilidad compartida” en la lucha antidrogas.
A la par del distanciamiento con EEUU, con el cual las relaciones se mantienen a nivel consular por la expulsión recíproca de embajadores en 2008, Morales desarrolló un intenso vínculo con Venezuela, Cuba e Irán, unión a la que irónicamente llama “eje del mal”.
Gustavo Pedraza, analista independiente, y coordinador de una fundación de apoyo a la democracia, dijo a la AFP que no está claro que la expulsión de la DEA “haya sido favorable, porque el narcotráfico se mantiene igual”.
En la perspectiva de un nuevo mandato de Morales, Pedraza consideró que “el gobierno va a mejorar sus relaciones con EEUU, con un discurso menos agresivo, menos beligerante. Van a ir progresivamente mejorando las relaciones”, consideró.
- Claro favorito en las encuestas -
El presidente Morales que buscará extender su gestión cinco años más (2015-2020) tiene un claro favoritismo en los sondeos con 56% de apoyo.
Pese a las dudas que genera su política antidrogas, el mandatario y jefe de los sindicatos de cocaleros asegura que mediante control social de cultivos y una erradicación consensuada de los excedentes, logró una reducción de plantaciones de coca, principal insumo de la cocaína.
Un informe de la UNODC (oficina de la ONU contra las drogas y el delito) indica que en los últimos tres años el cultivo de coca en Bolivia se redujo en un 26%.
“Sin bases militares, sin fumigación, sin la intervención de agentes externos, estamos mejor que antes”, se regodea Morales.
Sin embargo, un estudio del gobierno boliviano sobre el uso de la coca, financiado por la Unión Europea, concluyó que el país no necesita más de 14.705 hectáreas para abastecer el consumo legal y tradicional de la hoja (mascado, infusiones y otros usos), de lo que podría inferirse que el excedente de las actuales 23.000 hectáreas de plantíos se destina al narcotráfico.
Con esos datos, Washington sigue considerando a Bolivia como un país que “afecta significativamente a Estados Unidos”, de acuerdo a un reciente informe remitido al congreso por el presidente Barack Obama.
Bolivia es tercer productor mundial de coca y cocaína, después de Perú y Colombia, y en los últimos años ha sido señalada como una importante puerta de salida de la cocaína peruana en ruta hacia Brasil y países europeos.
Morales dirige a los sindicatos del área de Chapare (Cochabamba) desde 1980, y desde allí llegó a la política hasta ganar las elecciones en 2005 con el 54% de los votos, una cifra inédita en Bolivia en el último medio siglo.
En 2009, Morales fue reelegido con el 64% de apoyo un año después de haber roto las relaciones con EEUU, y espera ampliar la ventaja en esta ocasión a un 78% de los votos que le daría además el control absoluto del Congreso.
elperiodiquito.com
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