Albert Woodfox, exintegrante de los Panteras Negras, ha sido puesto en libertad después de pasar los últimos 43 años en una celda de aislamiento en Luisiana, Estados Unidos.
Objeto de numerosos cacheos y registros diarios, incluido el examen de los orificios corporales, Woodfox solo tenía permitido abandonar su celda tres veces a la semana durante una hora.
James Brady, el juez que ha decretado su libertad, ha considerado que los juicios en los que se condenó a Woodfox fueron declarados “anticonstitucionales”, y afirma que “no tiene confianza en que el Estado celebre un tercer juicio justo”.
Sin el habeas corpus dictado por el juez, Woodfox, efectivamente, habría sido juzgado por tercera vez, algo que Brady considera injusto, entre otras razones, porque todos los testigos están muertos.
El juez también concluye que la condena de Woodfox se produjo gracias al testimonio de tres reclusos, hoy fallecidos, y cuyo relato considera dudoso.
En el caso de dos de ellos explica que nunca fueron cuestionados por segunda vez luego de que salieran a la luz posibles “alicientes e incentivos” que habrían motivado su testimonio, mientras queel tercer testigo ocular, Joseph Richey, que afirmó haber visto al acusado en el lugar del crimen, “era ciego”.
Woodfox, Robert King y Herman Wallace, los otros dos Panteras Negras juzgados y condenados por la muerte de Miller, formaban el grupo llamado Los 3 de Angola, por la prisión del mismo nombre.
King, que fue liberado en 2001, pasó 29 años en una celda de aislamiento, mientras que Wallace estuvo 41 años y murió de cáncer el pasado año, pocos días después de ser excarcelado.
El fiscal general de Louisiana, James “Buddy” Caldwell, ya ha adelantado que recurrirá la decisión del juez James Brady.
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