Todo el mundo conoce a la reina Isabel II del Reino Unido, pero poca gente conoce los extraños derechos que tiene sobre sus súbditos, que alcanzan cotas absolutamente surrealistas.
Por ejemplo, según la ley y aunque no se aplique de forma evidente, la reina posee “todos los cisnes sin marcar que se encuentren en aguas abiertas”, así como todos los esturiones, ballenas y delfines.
Según un artículo publicado en Time, aunque esta ley se remonta a 1324 hoy “sigue siendo válida, y esturiones, marsopas, ballenas y delfines se reconocen como peces reales: cuando se capturan a menos de 3 millas (unos 5 km) de las costas del Reino Unido, pueden ser reclamados en nombre de la Corona. Generalmente, cuando se llega a puerto, el esturión se vende en la forma habitual, y el comprador, como un gesto de lealtad, pide el honor de que sea aceptado por la reina”.
Además, debido a todas las conquistas realizadas a lo largo de la historia por el Imperio Británicco, hoy en día, teóricamente, las propiedades inmobiliarias de la Reina de Inglaterra ocupan 1/6 parte de la superficie de la tierra. Su familia es propietaria de más de una cuarta parte de toda la tierra del mundo, mientras que el 85% de la raza humana no posee tierras en absoluto.
Otras familias de la élite también poseen gran cantidad de bienes robados, que han adquirido a través de generaciones de conquistas y que están protegidas mediante organizaciones ambientales falsas.
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