Miles de inmigrantes llegaron a Alemania el domingo, muchos viajando a través de Austria procedentes desde Hungría donde habían permanecido en contra su voluntad durante días, mientras los gobiernos europeos debatían sobre cómo afrontar esta situación.
Un convoy de alrededor de 140 automóviles y furgonetas con comida y agua salió de Viena para socorrer y recoger a inmigrantes exhaustos, muchos de ellos sirios, que habían emprendido un camino de unos 170 kilómetros ó 110 millas en medio de la lluvia desde la capital húngara, Budapest, hasta la frontera con Austria, desde donde muchos seguían camino a Alemania, reporta reuters.
No obstante, la Unión Europea está profundamente dividida sobre cómo afrontar la llegada de personas procedentes de Oriente Medio, África y Asia, que está poniendo a prueba sus principios de solidaridad.
Esta situación está haciendo que la UE formada por 28 estados parezca por momentos ineficiente y un bloque sin corazón, provocando que los países miembros se enfrenten unos con otros, alentando el populismo político y el sentimiento antiislámico.
Alemania ha dicho que espera que este año lleguen 800.000 refugiados e inmigrantes y ha pedido urgentemente a otros estados miembro de la UE que abran sus fronteras. Otros en cambio sostienen que la prioridad se debería centrar en enfrentar la violencia en Oriente Medio que les ha obligado a abandonar sus países.
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