El proyecto que discutirá el Congreso estadounidense para endurecer los requisitos de admisión de refugiados sirios e iraquíes constituye un acto de xenofobia y tiene matices electorales, asegura hoy un editorial del diario The New York Times.
El rotativo critica en particular los obstáculos que implantaría esta iniciativa, al exigir que el secretario de Seguridad Interior, así como los directores del Buró Federal de Investigaciones (FBI) y de la Inteligencia Nacional certifiquen personalmente que cada individuo no constituye una amenaza para este país.
La Cámara de Representantes, bajo control republicano, tiene previsto analizar este jueves la propuesta HR-4038 bajo el nombre de Ley de Seguridad Norteamericana contra Enemigos Externos (SAFE).
Según sus auspiciadores, la legislación pondría en vigor el proceso más robusto en la historia para el procesamiento de inmigrantes, “con el fin de evitar la entrada de terroristas a nuestras costas”.
Quienes conocen sobre el tema, en particular los profesionales de las agencias de espionaje e inmigración, aseguran que esta propuesta errónea no protegerá a los estadounidenses de los adversarios foráneos, asegura el Times en su editorial titulado Los refugiados de guerra no son enemigos.
Uno de los principales auspiciadores de SAFE, el representante republicano Michael McCaul, presidente del comité que supervisa al Departamento de Seguridad Interior, seguramente conoce cómo funcionan los protocolos federales en estos casos, pero pretende complicarlos más, añade.
La iniciativa no tiene en cuenta que ya hay un proceso complejo para procesar a los inmigrantes, que puede demorar hasta dos años para cada caso, porque requiere una revisión de sus historias personales, orígenes de sus familias, entre otros pasos.
El periódico neoyorquino añade que estos datos tienen que ser analizados por funcionarios de seguridad nacional, inteligencia y los consulados estadounidenses.
Los recientes atentados en París, Francia, que provocaron 129 muertos y unos 360 heridos, estimularon posiciones xenófobas y antinmigrantes en amplios sectores del Partido Republicano.
Entre quienes abogan por el cierre o mayores controles de fronteras se destacan los senadores y precandidatos a la Casa Blanca, Ted Cruz y Marco Rubio, así como el exgobernador de Florida y también aspirante a la Oficina Oval, Jeb Bush, opuestos a la admisión de refugiados del Medio Oriente.
El presidente Barack Obama reiteró ayer su compromiso de aceptar 10 mil refugiados sirios en seis años, a pesar de la campaña protagonizada por el partido rojo contra esta medida.
(Con información de agencias)
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