Además de su peligrosa travesía por el mar y los tratos violentos de guardias fronterizas en algunas ocasiones, los solicitantes de asilo que tratan de llegar a Europa afrontan otro peligro: los cazadores de refugiados.
Dinko Valev, un aficionado búlgaro a las artes marciales de 29 años de edad que reside en la ciudad de Yambol, a unos 60 kilómetros de la frontera, ha sido presentado en los medios de comunicación locales con el apodo de “cazador de inmigrantes”, después de que retuviera en marzo a un grupo de 16 refugiados sirios.
Hablando con los medios de comunicación, Valev ha relatado que tras avistar a un grupo de inmigrantes —entre ellos, tres mujeres y un niño— y repeler la agresión de algunos de ellos, los retuvo y mantuvo maniatados hasta la llegada de una patrulla policial.
“Es un derecho civil defender y proteger mi patria de intrusos como estos sirios, iraquíes, paquistaníes y otra basura”, argumentó Dinko Valev, quien ha sido presentado en los medios de comunicación locales con el apodo de “cazador de inmigrantes”
El cazador de inmigrantes defiende su derecho a proteger Bulgaria de la llegada de inmigrantes, a los que considera “basura”. “Es un derecho civil defender y proteger mi patria de intrusos como estos sirios, iraquíes, paquistaníes y otra basura”, argumentó.
“Son gente mala y asquerosa y deberían quedarse donde están”, afirma Valev sobre los inmigrantes y los describe como peligrosos “terroristas, yihadistas y talibanes”. Él estima que el 95% de búlgaros lo apoya. “Bulgaria necesita gente como yo, búlgaros dignos, dispuestos a defender su territorio”
La Policía búlgara interrogó a Valev la semana pasada pero no lo detuvo, a pesar de que el hombre había anunciado abiertamente su decisión de organizar patrullas civiles para detener a los migrantes que buscan asilo en su país o en el resto de Europa.
De hecho, Valev ha usado su reciente fama para atraer a más gente que se le quiera unir patrullando la frontera.
El 12 de marzo de este año, dice, unas 50 personas desarmadas se reunieron para buscar migrantes en los boscosos límites, a bordo de cuatrimotos y jeeps.
Pero un gran grupo de policías de frontera estaba esperandolos. Según Valev, estaban ahuyentando deliberadamente a los inmigrantes para evitar que los “justicieros”atraparan a uno.
El lugar y el momento de futuras patrullas, dice, no se anunciará públicamente.
Los violentos actos de Valev han provocado críticas entre organizaciones pro derechos humanos búlgaras como el Comité Búlgaro de Helsinki, que ha denunciado a la Fiscalía por atacar y humillar injustificadamente a los refugiados.
Ese organismo humanitario ha advertido de que las medidas de Valev “incitan al odio y la hostilidad” entre los búlgaros hacia los refugiados, que en su mayoría huyen de la violencia y conflictos que azotan a sus propias patrias.
Cuando Valev fue interrogado por la policía el viernes, unos 30 manifestantes se reunieron fuera de la estación policial y gritaron “¡Dinko es un héroe!” y “¡No queremos migrantes!”.
El viernes, la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) informó de que un total de 169.060 inmigrantes y refugiados llegaron a Europa por mar en los tres primeros meses del año en curso.
El informe indica que en la última semana de marzo, tras la entrada en vigor del acuerdo alcanzado entre la Unión Europea (UE) y Turquía para deportar a los refugiados que pisan el territorio comunitario, las llegadas de inmigrantes a Grecia han caído un 70 por ciento con respecto a la semana anterior.
El controvertido pacto provocó muchas denuncias entre ciertos países y organizaciones pro derechos humanos, entre ellos el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los refugiados (ACNUR) y Amnistía Internacional (AI).
Los refugiados que se encuentran actualmente en Europa, además de sufrir políticas migratorias hostiles de algunos Estados europeos, se enfrentan a un creciente odio racial promovido por grupos radicales.
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