jueves, 16 de junio de 2016

Luego de la masacre de Orlando, la venta de armas en Estados Unidos crece en vez de disminuir

Las continuas masacres en Estados Unidos disparan las ventas de armas.
Las continuas masacres en Estados Unidos disparan las ventas de armas.
Impulsadas por los temores a una mayor regulación, las ventas de armas han prosperado en Estados Unidos durante el gobierno de Barack Obama tras mortales tiroteos, aunque más estadounidenses están a favor de prohibir la venta de armas de asalto.
Después de la masacre en el club gay Pulse de Orlando, los inversores apostaron a una mejora en las ventas. Las acciones de dos de los principales fabricantes —Smith & Wesson y Sturm Ruger— subieron 6,9 por ciento y 8,5 por ciento, respectivamente. Lo mismo ocurrió una y otra vez en los últimos años. Las listas del FBI de las 10 semanas con mayores pedidos de certificados de antecedentes, que se requieren para comprar armas a agentes autorizados, revelan morbosamente el efecto estimulante que producen las masacres como las del domingo.
Los dos máximos picos registrados por el FBI se produjeron tras la matanza en la escuela primaria de Newtown, Connecticut, en 2012, que dejó 26 muertos, y la ocurrida en diciembre último en San Bernardino, California, con saldo de 14 fallecidos.
“El lobby de la industria de las armas se volvió experto y explotado temores de sectores de la población que temen que le quiten las armas”, dijo Josh Sugarmann, del Cetro de Políticas para la Violencia, un grupo a favor del control de armas. Estos temores se elevaron durante los ocho años de gestión de Obama. El apoyo del presidente a una mayor regulación en la venta de armas ha estimulado su venta y producción.
Se fabricaron más de nueve millones de armas en Estados Unidos en 2014, comparado con 5,5 millones en 2009, el año en que asumió Obama. El año de su reelección, 2012, fue emblemático para el sector, pues las ventas subieron casi 19 por ciento, de acuerdo con un estudio de la firma de investigación IBISWorld. “Muchos consumidores que buscaban comprar armas se preguntaban… si comprar una en el futuro terminaría siendo más difícil”, señalaron los autores del estudio.
Esta dinámica aún está vigente. Incluyendo municiones y ventas militares, los ingresos del sector aumentaron en promedio 6,5 por ciento por año desde 2011, y se espera que totalicen 15.800 millones de dólares en 2016, según IBISWorld. Eso se traduce en una ganancia de 1.200 millones este año, agregó. Uno de los principales grupos de presión a favor de la libre venta de armas, la National Shooting Sports Federation, calcula que el impacto económico directo e indirecto de la industria es de u$s49.300 millones por año.
Pese al importante crecimiento y a su impacto en los medios de comunicación, la industria de las armas de fuego representa una fracción de los 5,2 billones de dólares en ventas minoristas anuales en Estados Unidos. Y enfrenta una amenaza más peligrosa que una mayor regulación: la demografía.
“Existe un temor existencial tanto de parte de los fabricantes como de la comunidad que defiende el derecho a adquirir armas de que su base de apoyo, la población masculina blanca de mediana edad, está disminuyendo”, dijo Robert Spitzer, autor de “Guns Across America” y otros cuatro libros sobre el control de armas.
En 2010, los blancos representaban el 72,4 por ciento de la población del país, comparado con 89,5 por ciento en 1950. “Hay menos interés en poseer armas que hace unas décadas atrás”, dijo Spitzer. Resultado: menos de una tercera parte de los hogares estadounidenses informaron poseer al menos un arma en 2014, comparado con casi el 50 por ciento en 1980.
El número de armas que circulan en Estados Unidos sigue no obstante siendo muy elevado. Entre 270 millones y 310 millones: suficiente para armar a prácticamente cada habitante del país. Pero el elevado número responde fundamentalmente a que las mismas personas que poseen armas adquieren más, y no tanto a un aumento de nuevos compradores. Esto no ha escapado a los fabricantes. “Al reconocer que el tradicional mercado de hombres blancos pudientes que salen de cacería está limitado, la industria hace marketing y estudia en forma muy activa a los hispanos, las mujeres y los jóvenes”, dijo Jurgen Brauer, profesor de economía.
Es difícil saber si estos esfuerzos fueron exitosos, pues solo un puñado de fabricantes de armas ofrece cierta transparencia por estar en Bolsa. “Comparado con la industria de las armas, el politburó es un modelo de transparencia”, ironizó Sugarmann en alusión al comité político de los gobiernos comunistas.
Estos datos surgen en momentos en que una mayoría de estadounidenses está a favor de prohibir la venta de armas de asalto en el país, según una encuesta difundida ayer. El 57 por ciento se muestra a favor de la prohibición de este tipo de armas, frente al 44 por ciento que lo apoyaba en diciembre, según la encuesta de CBS News.
En cambio, el 38 por ciento de los encuestados se opone a esta legislación, comparado con el 50 por ciento que lo hacía en diciembre. El apoyo o no a la prohibición de la venta de armas de asalto varía dependiendo del partido con el que simpatizan los encuestados. La mayoría de los votantes demócratas (78 por ciento) cree que habría que prohibir la venta de armas de asalto, mientras el 18 por ciento se opone a ello. En cambio, más de la mitad de los votantes republicanos se opone a la prohibición, mientras que el 45 por ciento está a favor.
(Con información de La Capital)

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