El pontífice ha matizado, sin embargo, que en Latinoamérica el término 'populismo' tiene otro significado, que es el de dar protagonismo a los pueblos.
La reciente consolidación de las fuerzas populistas en Europa recuerda mucho a la situación en Alemania a principios de los años 1930, en los tiempos de la República de Weimar, cuando los partidos de ultraderecha se reforzaron en el contexto de la crisis económica y el desempleo, ha señalado papa Francisco en una entrevista con el periódico ‘El País‘.
“Hitler no robó el poder, fue votado por su pueblo, y después destruyó a su pueblo. En momentos de crisis, no funciona el discernimiento“, ha advertido. En ese sentido el año 1933 en Alemania fue “típico”, según el pontífice, ya que el país estaba en crisis y buscaba su identidad. “Apareció este líder carismático que prometió darles [a los alemanes] una identidad, y les dio una identidad distorsionada y ya sabemos lo que pasó”, ha aclarado.
Según Francisco, las personas buscan “defenderse con muros y alambres” de aquellos que les puedan “quitar la identidad”. Sin embargo, en opinión del papa, eso no significa que haya que dejar de controlar las fronteras: “Los países que están en peligro de terrorismo tienen más derecho a controlarlas más, pero ningún país tiene derecho a privar a sus ciudadanos del diálogo con sus vecinos“, cree.
El pontífice matizó que la palabra ‘populismo’ tiene otro significado en América Latina, que definió como “el protagonismo de los pueblos”. Según Francisco, la región “está sufriendo de los efectos de un sistema económico en cuyo centro está el dios dinero“, por lo que “se cae en las políticas de exclusión muy grande”.
Como consecuencia, ciudadanos de países latinoamericanos se ven obligados a emigrar, “porque los sistemas liberales no dan posibilidades de trabajo y favorecen delincuencias”. Por eso “Latinoamérica tiene que rearmarse con formaciones de políticos que realmente den a Latinoamérica la fuerza de los pueblos”, sintetizó Francisco.
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