Por RT
El fundador de Facebook busca restringir el acceso a su gran finca adquirida en medio del océano Pacífico a aquellas personas que hipotéticamente podrían cultivar sus tierras o construir una choza en ellas.
El magnate Mark Zuckerberg pagó en torno a 100 millones de dólares en el 2014 por unos 700 acres (más de 2,8 kilómetros cuadrados) de playas y tierras aledañas en la isla de Kauai, conocida también como ‘isla Jardín’, la cuarta más grande del archipiélago de Hawái. Quiso fundar en ese lugar aislado un “recóndito santuario familiar”, supuso en aquel entonces la revista ‘Forbes‘. No obstante, la nueva propiedad resultó lejos de ser tan recóndita.
Ante todo, Zuckerberg no obtuvo privacidad en su playa, ya que según las leyes locales esta tendrá que estar abierta al público. Además, a mediados del año pasado la decisión de Zuckerberg de construir un muro entre su casa y la vía pública suscitó críticas entre los residentes de la isla porque les tapaba la vista al paisaje marino. Para colmo, se descubrió que muchos aborígenes, cuyo número no es fácil de determinar, tienen el derecho a cultivar sus tierras y construir sus chozas en cualquier lugar.
Este derecho de ‘kuliana’, según las leyes hawaianas, engloba gran parte de las tierras que alguna vez desde el siglo XIX hayan sido cultivadas con autorización no escrita de las autoridades locales. Los herederos de aquellos agricultores pueden en cualquier momento regresar y volver a labrar la tierra independientemente del cambio de propietario: algo que el Congreso del 50.º estado de Estados Unidos confirmó en el 2012.
Zuckerberg decidió proteger de esas reivindicaciones su nuevo latifundio, que consta de cinco parcelas separadas en el litoral, unos cultivos abandonados de caña de azúcar y una granja orgánica. Por medio de varias empresas que controla, demandó a centenares de personas —algunas de ellas vivas y otras muertas— quienes habían heredado o poseían durante algún tiempo los derechos de usufructo en las tierras de ‘kuleana’, indica el periódico ‘Honolulu Star Advertiser‘.
La acción legal para fijar la validez de un título de propiedad y su partición no es infrecuente en Hawái, explica la fuente. Se consigue por medio de una subasta obligatoria, donde hipotéticamente no solo el CEO de Facebook podría ofrecer pujas. Es una herramienta que busca garantizar el mejor precio a quienes quitan su acceso a las tierras. Sin embargo, incluso con un veredicto judicial y una indemnización, no es nada agradable obligar a muchas personas a vender sus derechos; especialmente cuando lo pretenda la sexta persona más rica del mundo, afirma el periódico.
Por el momento, el derecho de Zuckerberg a las tierras adquiridas “está siendo desafiado y, debido a eso, su propiedad se pone en riesgo”, indicó un abogado que no representa ninguna de las partes en el pleito. Otra fuente estimó los posibles gastos del magnate en al menos 100.000 o 200.000 dólares. En algunos casos los juristas del propio demandante deberán buscar a los descendientes de los ya difuntos titulares de ‘kuliana’ para informarles que tenían esos derechos e invitarles a una subasta que se los prive.
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