Pocos días después de que el nuevo presidente estadounidense Donald Trump tomara posesión de su cargo, los directivos de su compañía hotelera dieron a conocer un ambicioso proyecto de expansión en el país. Así lo anunció esta semana el director ejecutivo de Trump Hotels, Eric Danziger.
Según Danziger, la compañía se encuentra presente en 5 de las 26 mayores áreas urbanas de EEUU y no cree que exista ninguna razón por la que no pueda estar presentes en todas.
La ejecución de este plan triplicaría el número de hoteles que maneja la cadena en el país. En la actualidad, son ocho los hoteles de lujo que llevan el nombre de Trump en territorio estadounidense.
Por otro lado, el director declaró que la compañía ha paralizado los planes de expansión en China.
A pesar de que el presidente Trump renunció al manejo directo de sus empresas cuando asumió la presidencia del país, muchos expertos consideran que para evitar cualquier conflicto de intereses debería abandonar por completo sus negocios.
En lugar de eso, Trump ha delegado en sus hijos mayores la administración de su conglomerado, que gestiona unos 3.600 millones de dólares en activos en 20 países alrededor del mundo, incluyendo proyectos en Brasil, Argentina, Uruguay y Panamá.
Según ha declarado Wendy Patrick, profesora de Ética Empresarial en la Universidad Estatal de San Diego, “A pesar de que Trump es ahora oficialmente el líder del ‘mundo libre’, continúa siendo un empresario y una marca. El simple hecho de que la cadena hotelera que lleva su nombre desee expandirse en EEUU, plantea cuestionamientos éticos y legales”.
Evidentemente, Trump va aprovechar su posición para que sus empresas se beneficien directamente de su llegada a la Casa Blanca, algo que posiblemente no importará a sus seguidores, a los cuales tampoco parece importarles que el magnate no haga públicas sus declaraciones de impuestos.
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