La portada de la revista
Time de febrero de 2017 será la
Marcha de las Mujeres en Washington (MMW) con el pie de foto “Aumenta la resistencia: cómo una marcha se convierte en movimiento”.
La MMW se ha convertido rápidamente en una protesta paraguas para diferentes causas y ahora muestra indicios de convertirse en un movimiento no solo para protestar sino para hacer avanzar los derechos de las mujeres y realizar cambios políticos. Pero los movimientos sociales que tienen éxito no realizan cambios simplemente a través de correctas manifestaciones en Washington, sino que trastocan el status quo y presionan a los legisladores hasta que hacen cambios con consecuencias reales. Y a diferencia de otros movimientos actualmente activos en Estados Unidos, las personas que se manifestaron en la MMW están en una situación privilegiada para hacer que ocurra.
Después de la MMW el 21 de enero [de 2016] el presidente Trump recurrió a
Twitter para mostrar su aprobación: “Las protestas pacíficas son el distintivo de nuestra democracia. Aunque no siempre esté de acuerdo, reconozco el derecho de la gente a expresar sus opiniones”. Esta afirmación contrasta fuertemente con las declaraciones acerca de Black Lives Matter (BLM)*.
Justo antes de las elecciones señaló a una persona de BLM que protestaba en uno de sus mítines y dijo que habría que “
darle una paliza ”. Ha calificado al movimiento de
divisivo . Su nuevo gobierno ha añadido una nueva página a la página web de la Casa Blanca llamada
Standing Up For Our Law Enforcement Community [Defender nuestra comunidad dedicada a hacer cumplir la ley] en la que afirma:
“ El peligroso ambiente en contra de la policía en Estados Unidos es erróneo. El gobierno Trump acabará con él […] Nuestra tarea no es hacer la vida más cómoda al alborotador, el saqueador o las personas violentas que crean problemas.”
Muchas personas pertenecientes a BLM lo han considerado una
amenaza a quienes protestan . Así pues, ¿por qué este aparente doble rasero?
Una explicación obvia es que los manifestantes de la MMW eran, en la terminología de Trump, “pacíficos” – no hubo enfrentamientos entre la policía y los manifestantes ni violencia ni disturbios ni saqueos. De hecho, muchas de las personas que apoyaron la MMW acudieron a las redes sociales al día siguiente para darse palmaditas en la espalda por haber llevado a cabo una protesta pacífica en la que
no hubo ningún detenido .
Pero, como era de esperar, muchos activistas de BLM
afirmaron que las personas blancas privilegiadas desempeñaron un papel fundamental en la forma en que la opinión pública percibió la manifestación y la trató la policía. A la manifestación en sí en Washington asistió
una abrumadora mayoría de mujeres blancas y su tono fue mucho menos radical que una manifestación de BLM a pesar de sus objetivos comunes.
Es evidente que no hay conexión entre ambos movimientos. Dos fotos virales de la MMW demuestran la distancia que hay entre ellos.
Texto de la pancarta: “No lo olvidéis, las mujeres blancas votaron a Trump”
En la pancarta pone “Os veré, amables señoras blancas, en la próxima manifestación de BLM, ¿verdad?”
En esta segunda foto el manifestante Amir Talai llama la atención acerca de las divisiones acerca del
papel de la raza en la protesta entre los organizadores de la MMW y quienes asistieron a ella.
Cuando algunas mujeres de color comenzaron a criticar a sus aliadas blancas, empezaron a hacer que se sintieran ajenas a la causa y el a veces acalorado diálogo entre mujeres blancas y mujeres de color en el
Facebook de MMW da testimonio de estas tensiones.
Aunque muchas manifestantes blancas de la MMW desean aceptar a mujeres de color que apoyen su causa, muchas de ellas no desean devolver el favor apoyando a BLM: solo el 51 % de las personas estadounidenses blancas de edades comprendidas entre los 18 y los 30 años
apoyan BLM y muchas menos aún aparecen en sus protestas.
Sería una enorme oportunidad perdida si estos movimientos no logran eliminar la distancia que hay entre ellos. Se esperan cada vez más protestas durante el gobierno de Trump y es el momento adecuado para actuar.
Está claro que la MMW tiene algo que aprender de BLM. He aquí cinco lecciones fundamentales.
1. Ser inclusivo
La MMW
debe incluir a todas las mujeres, independientemente de su raza, clase, religión, edad, ideas políticas, sexualidad o posesión de una vagina (sí, las mujeres trans
también forman parte de este movimiento ). BLM lo ha hecho muy bien:
encabezado por mujeres LGBT , muchos de los líderes del movimiento son actualmente mujeres de color jóvenes, queer y trans. Si la MMW quiere tener éxito como un movimiento, tendrá que estar a la altura de esta questión.
2. Actuar local
La clave para movilizar un movimiento más allá de una marcha es organizar subgrupos autosuficientes por todo el país. Esto debe incluir organizaciones locales que se unan bajo un solo nombre, ya sea MMW, “Resistencia” u otra cosa. También significa presionar a los políticos locales y estatales. Los activistas lo pueden hacer pidiendo a sus alcaldes que califique sus ciudades de
ciudades santuario para inmigrantes o pidiendo a los representantes estatales que se opongan a la legislación que limite las opciones de salud reproductiva de las mujeres
3. Sé político, pero no partidista
BLM se ha presentado deliberadamente como “revolucionario” en su orientación política y a menudo ha apoyado a candidatos de izquierda sin alinearse con un partido particular. Esto contribuye a presionar a los candidatos. Desde antes de que empezaran las primarias a principios de 2016 sus manifestantes estuvieron
muy presentes a lo largo de toda la campaña y sus reivindicaciones aparecieron constantemente. Si la MMW quiere tener el mismo poder tendrá que mantenerse al margen de la alineación partidista y hacer reivindicaciones políticas a todo el espectro [político], especialmente una vez que empiecen las elecciones de medio mandato en 2018.
4. La desobediencia civil funciona
Se deben utiliza toda una serie de protestas de desobediencia civil no violenta y pacíficas para lograr un efecto mayor. Las personas que defendían los derechos civiles en la década de 1960 utilizaron la desobediencia civil para resistir al sistema de segregación racial impuesto por la legislación Jim Crow haciendo sentadas en los bares y restaurantes solo para blancos y resistiendo a los intentos de desalojarlos. Actualmente los manifestantes de BLM han empezado a
cortar el tráfico en autopistas muy concurridas. En pocas palabras, las protestas pacíficas son magníficas para concienciar acerca de un problema, pero no alteran el
status quo o presionan a los legisladores para que hagan cambios.
5. Seguir adelante
La foto de Angela Peoples expresa una verdad muy particular: muchas de estas mujeres blancas estadounidenses de clase media y cisgénero** son nuevas en la protesta política, lo cual no es malo. Pero si la MMW va a desafiar efectivamente al gobierno Trump y al Congreso acerca de los derechos de las mujeres, tendrá que seguir apareciendo. Incluso cuando no les apetece. Incluso cuando es inconveniente. Incluso cuando podrían ser detenidos por desobediencia civil. Los movimientos sociales con éxito no son todo coser y cantar, y “
pussyhats ”, sino que la mayor parte del trabajo es tedioso, cansado e ingrato.
Los manifestantes de BLM lo entienden. Se hacen ver día sí y día no para que se oigan sus voces. La Resistencia, o como se llame, tendrá que hacer lo mismo.
Notas de la traductora:
* Black Lives Matter [Las vidas de las personas negras importan] es un movimiento nacido en 2012 en Estados Unidos a raíz de la absolución del policía que asesinó a sangre fría al joven negro de 17 años Trayvon Martin, el primero de una serie de asesinatos a sangre fría de personas negras por parte de la policía estadounidense en los últimos años. Este movimiento lucha contra la violencia y el racismo sistemáticos hacia las personas negras, en especial la brutalidad policial y el racismo del sistema judicial estadounidense.
** Cisgénero es el término que se emplea para aquellas personas cuya identidad de género y el género asignado al nacer coinciden, frente a las personas transgénero en las que no coincide.
Laura Graham *
Traducido del inglés para Rebelión por Beatriz Morales Bastos
* Profesora de sociología en el Trinity College de Dublín.
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