La policía del estado brasileño de Río de Janeiro confirmó el miércoles el asesinato de Matheusa Passareli, un estudiante universitario de 21 años de edad y activista de la comunidad de Lesbianas, Gays, Transexuales, Bisexuales e Intersexuales (LGTBI), a manos de un grupo criminal cuya motivación habría sido la homofobia.
Passareli, que se consideraba no-binario (se identificaba tanto con el sexo femenino como con el masculino) y estudiaba Artes Visuales en la Universidad Estatal de Río, había desaparecido el pasado 29 de abril luego de salir de una fiesta en una favela carioca, y fue asesinado y quemado sin que quedaran apenas pruebas materiales, dijeron las autoridades.
Las sospechas de la Policía Civil apuntan a narcotraficantes y a que se trata de un crimen de odio por homofobia, un fenómeno cada vez más preocupante en Brasil, donde reside una numerosa comunidad LGBTI (estimada en unos 20 millones de personas), que cada vez, según las estadísticas, está más expuesta a la violencia.
En los últimos días, la familia del joven asesinado lanzó en las redes sociales una campaña con el hashtag “Dónde está Matheus Passareli”. Por su parte, la Rectoría de Políticas Estudiantiles de la Universidad Federal de Río de Janeiro, donde estudia Gabriel, el hermano de Matheusa, había expresado “gran preocupación” por el caso.
“Desgraciadamente, las últimas informaciones que llegaron hasta nosotros y hasta la institución pública que está desarrollando el proceso de investigación demuestran diferentes caras de la crueldad a la que estamos sometidos”, escribió Gabriel Passareli el domingo en su cuenta de Facebook.
Según la organización no gubernamental Grupo Gay de Bahía (GGB), entre 2016 y 2017 el número de asesinatos de miembros de la comunidad LGBT en Brasil pasó de 343 a 445, un aumento de 30% que equivale a más de un caso por día.
GGB advirtió que en menos de dos décadas casi se cuadruplicó el número de casos, que en 2000 ascendía a 130 anuales.
Los datos de GGB muestran que el pasado año el 44,6 % de las víctimas fueron gays, el 43,9 % transgénero (un segmento que en 2016 era el 37 %), el 9,7 % lesbianas y el 1,3 % bisexuales.
En marzo de este año causó fuerte conmoción el asesinato de Marielle Franco, una concejala por el Partido Socialismo y Libertad, activista por los derechos humanos y de la comunidad LGBTI de Río que se oponía a la militarización de ese estado brasileño impuesta desde febrero de 2018 por el presidente Michel Temer.
Franco, la quinta parlamentaria más votada en las elecciones de Río de Janeiro en 2016, volvía de un acto cuando fue baleada en el auto que la transportaba.
(Con información de El Público)
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