Existen al menos 30.000 kilómetros de muros que separan a ciudades, países y regiones de Europa, América, África y Asia por ideologías, racismo, xenofobia y desigualdades de clases
Una investigación de la antropóloga peruana Diana Rivas Gutiérrez identificó 45 muros segregacionistas que han sido construidos a lo largo de la historia de la humanidad, en diversos territorios del mundo, que evidencian males de la sociedad moderna y antigua, como la xenofobia, el racismo y el clasismo, la guerra, las ideologías y otros segregacionismos que padece la humanidad.
En el estudio denominado “Un muro se levanta: Imaginarios urbanos y vida cotidiana a través del muro entre Casuarinas y Pamplona” (sectores de Lima, Perú), se identifica desde el muro de 40 kilómetros que ordenó construir Alejandro Magno en el Siglo IV AC, que divide las montañas del Cáucaso y las orillas del Mar Caspio en Europa, hasta el proyecto de construcción, del 2017, de un nuevo muro en Cartagena de Indias, Colombia.
El primer muro mencionado, el de Alejandro Magno, se proponía “alejar a los bárbaros”, como se indica en la pesquisa antropológica. El muro del país suramericano, planteado por el ayuntamiento de Cartagena, para dividir la zona de Misa Papal del barrio Cevallos de la “ciudad amurallada”, como se le conoce a Cartagena, se propone “tapar la pobreza” de esa ciudad del Caribe, destaca la investigación.
Igualmente se menciona a uno de los muros más famosos del mundo, la Muralla China, en Asia, la más extensa, de 3.640 kilómetros, construida en el siglo III AC, para “protegerse de ataques de tribus nómadas”, resalta la pesquisa. De esta extensa lista de murallas, de la más expuesta mediáticamente en plena “guerra fría”, sobresale el Muro de Berlín, de 1.600 metros de longitud, que dividió a Alemania, en Europa, hasta 1989, cuando fue demolido.
Se trata una de las más largas, así como el no menos polémico muro que ha prometido levantar el actual presidente norteamericano Donald Trump, en la frontera Sur con México, para evitar la inmigración latina, especialmente la mexicana, así como la humillante barrera alzada por el gobierno de Israel en Cisjordania, que segrega al pueblo palestino.
Entre los muros más largos, después de la Muralla China y el de la frontera entre México y EE. UU., destaca el muro anti-inmigratorio entre La India y Bangladesh, de 3.286 kilómetros; el del Sahara Oriental, de 2.700 kilómetros, que separa a Marruecos por un territorio en disputa; también el que divide a Afganistán con Pakistán, de 2.400 kilómetros.
En la investigación igualmente se menciona el muro de la ciudad brasileña de Río de Janeiro, en Suramérica, de 14 kilómetros, para separar a Botafogo de la Favela 14, o el que separa a los sectores de Morumbí y Paraisópolis, en Sao Paulo, que expone en franca imagen las desigualdades de clases.
También el muro que distancia a San Isidro y San Fernando en Buenos Aires, de un kilómetro, para combatir el “narcotráfico y la inseguridad”, dicen las autoridades argentinas; los muros anti-inmigrantes de la frontera de Argentina con Paraguay, de 1,3 kilómetros, y el de Ecuador y Perú, de 2,5 kilómetros, igualmente forman parte de la larga lista de muros y murallas separacionistas.
En Europa está el que divide a Hungría de Serbia, de 155 kilómetros; el de Bulgaria con Turquía de 112 kilómetros y el de Grecia con Turquía de 120 kilómetros; o los de Asia, el que separa a Arabia Saudita de sus países limítrofes, de 900 kilómetros; o los de África, el que separa a Botsuana de Zimbawe, de 500 kilómetros.
Se trata de muros que reflejan la confrontación bélica por razones ideológicas o territoriales, la segregación racial, xenofóbica y clasista contra inmigrantes, pobres y pueblos enteros, por parte de sectores y clases sociales históricamente dominantes, incluso por estos mismos sectores de poder hegemónico en contra de la integridad territorial de los pueblos ancestrales, como es el caso de Cisjordania y el pueblo palestino.
0 comentarios:
Publicar un comentario