viernes, 21 de enero de 2011

Toda la porquería electrónica de los países desarrollados las recibe tercer Mundo


Se vende como mercancia la sobra de desechos electrónico,
Rolando Perera 
Los Resíduos de la sociedad de consumo

Actualmente, los desechos electrónicos provenientes de Estados Unidos y Europa se envían a Vietnam, Pakistán, India, Egipto, Ghana, Nigeria... También existe un mercado para residuos electrónicos importados, especialmente en el sur de China. La basura electrónica se extiende como un virus

Los residuos electrónicos son valiosos por varias razones. En primer lugar, los desechos de ordenadores pueden revenderse en el mercado de segunda mano en países en vías de desarrollo, la gente compra lectores CD, placas de circuito y otros componentes ya utilizados. En términos de reutilización, alrededor del 85 % del valor del residuo de los ordenadores es generado en esta forma. El resto del ordenador, un 15% del valor, se procesa por sus metales valiosos. Los metales como el oro, de explotación difícil, y otros, pueden extraerse fácilmente de los artículos usados. El problema es que resulta costoso extraerlos de forma correcta y segura, pero sí es rentable cuando se hace de manera poco segura, por ejemplo, quemando los cables plásticos para obtener el cobre, o arrojando placas de circuitos en baños ácidos y quitar luego el ácido vertiéndolas en un río.

La Invasión contaminante legado de Occidente

Ingentes montañas de basura electrónica devenida en grandes contenedores desde países occidentales como Alemania o Finlandia (por citar solo algunos), invaden países africanos como Ghana, con material que desecha Occidente y que no sirve a los africanos a poco de ser utilizado, porque esos productos están obsoletos. El gran río que en un pasado no muy lejano contenía diversidad de peces y vida y daba trabajo a muchos pescadores, o las arenas donde los niños podían jugar y las personas pasear, es actualmente un vertedero de material electrónico inservible. En medio de la pobreza, cientos o miles de personas buscan chatarra, entre ellos muchos niños, que queman todo tipo de aparatos tóxicos para extraer el cobre y otros metales, su única fuente de ingresos. La estafa contaminante importada de Occidente los inunda.
 
  Nada que todo vale.  

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