Es homosexual: ese es el motivo por el que las autoridades italianas han negado a una persona la renovación del carné de conducir. “Padece graves patologías que podrían resultar un impedimentopara la seguridad de la conducción” han alegado para no renovarle a Cristian Friscina, un italiano de 28 años de la localidad de Brindisi (en la provincia de Puglia, al sur del país) el carné de conducir. (Fuente: diario El Mundo)
Justo cuando se celebraba el Día Mundial de lucha contra la homofobia, circulaba una noticia demostrativa de las muchas y valederas razones que asisten a esa causa. En el caso del incidente en cuestión, la persistencia de disposiciones estatales discriminatorias, en la muy civilizada Europa, que llegan hasta el absurdo de descalificar la libre preferencia sexual de las personas para poder asumir la condición de un vehículo.
Al hecho mismo de por si bien condenable, le faltó la atención mediática merecida, y por esa razón asociaciones italianas defensoras de los derechos civiles y personales emitieron fuertes señales de indignación, porque según argumentaron tuvo lugar en un país donde se suceden continuas agresiones contra los gays y actos de homofobia que en fecha reciente alcanzaron a una diputada que estuvo a punto de recibir una golpiza callejera.
Para dar rienda suelta a esos instintos, Silvio Berlusconi, envuelto en un sonado escándalo de corrupción de menores, se justificó hace unas semanas, diciendo que “eso es mejor que ser gay”. Con ese patrón, las autoridades denunciadas, se toman impunemente la atribución de decidir que “si eres gay, no conduces”.
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