El Estado de Wisconsin ha sido transformado durante los últimos tres meses por la lucha que se lleva a cabo aún hoy contra el ataque dirigido por el gobernador republicano Scott Walker contra los sindicatos del sector público y contra sus propuestas de recortes presupuestarios draconianos.
Sarah Blaskey | Viento Sur
El Estado de Wisconsin ha sido transformado durante los últimos tres meses por la lucha que se lleva a cabo aún hoy contra el ataque dirigido por el gobernador republicano Scott Walker contra los sindicatos del sector público y contra sus propuestas de recortes presupuestarios draconianos *.
La última gran manifestación de asalariados y asalariadas tuvo lugar el 12 de marzo de 2011; fue el resultado de una movilización de un mes que vio a centenares de miles de miembros de los sindicatos, de estudiantes y de gente que les apoyaba protestar ante el edificio del Capitolio (sede del gobierno) contra la tentativa de Walker de "vaciar" las negociaciones del sector público pasando por encima de las instancias legislativas.
Cuando en estos momentos se debate sobre la ley antisindicatos ante los tribunales, los dirigentes sindicales y los políticos demócratas han hecho todos sus esfuerzos para llamar a los senadores republicanos del estado a intentar hacer fracasar la agenda de Walker. Pero Walker y sus aliados siguen a la defensiva, proponiendo nuevas leyes que limitarían el acceso al voto, recortarían en los gastos sociales y pondrían en pie ataques del tipo de los de Arizona contra los inmigrantes.
Sin embargo, la resistencia continúa. En la ciudad de Madison, las ventanas antes vacías de las casas del barrio de Madison muestran consignas escritas a mano del tipo "No pagaremos su crisis". Coches del sindicato continúan haciendo sonar el claxon al ritmo del cántico "This is what democracy looks like" mientras marchan hacia Capitol Square. Los bares y los coffee-shops están repletos de debates políticos. Y continúa habiendo un profundo sentido de orgullo y de solidaridad, tanto en el propio Madison como en el exterior de la ciudad.
Pero, ¿cuántas cosas han cambiado realmente, y hasta dónde debe ir Wisconsin? La respuesta que se recibe depende de la persona con la que se hable. Si algo es seguro, sin embargo, es que la lucha popular de Wisconsin está lejos de haber terminado.
El 14 de mayo de 2011, "Somos Wisconsin", una coalición creada por el sindicato AFL-CIO convocó una manifestación ante el Capitolio. La gente de todo el estado acudió con entusiasmo. Era la mayor concentración desde el mes de marzo, con una multitud estimada en 15.000 personas. Varios grupos marcharon desde diferentes lugares a fin de sumarse a la manifestación, tanto estudiantes como funcionarios de los AFSCME (American Federation of State, County and Municipal Employees) locales, enseñantes de Madison o miembros de Voces de la Frontera, un grupo de defensa de los derechos de los y las inmigrantes con base en Milwaukee.
Pero la concentración ilustró tanto las fuerzas como las debilidades de la lucha de Wisconsin. "Intentamos construir un movimiento" ha dicho George Martin, un conocido militante antiguerra. "Los ataques recibidos han hecho reaccionar a todo el mundo, y es preciso que nos juntemos si queremos ser más fuertes de lo que somos. Vamos a vernos todos afectados. Es preciso que vayamos más allá de la revocación" (de seis electos republicanos).
En esta manifestación, se suponía que Martin hiciera una intervención. Tenía previsto hablar del coste de la guerra y de su impacto en los presupuestos del estado. Pero tras llegar de Milwaukee, le negaron el derecho a acceder al podio. Aún cuando Martin no quiera verdaderamente discutir sobre el tema, parece claro que ha sido apartado de la lista de oradores debido a su mensaje demasiado radical.
En lugar de esto, la mayor parte de los oradores pusieron el acento en los esfuerzos a hacer en el sentido de la revocación electoral de los seis senadores republicanos.
"Es la última vez que espero veros en Madison", ha dicho a la multitud el senador demócrata Jon Erpenbach. Ha dicho que era el deber de los "Demócratas de Wisconsin" ir a sus ciudades natales a fin de hacer campaña a favor del voto de revocación.
Sin embargo, la retórica ha cambiado cuando militantes locales y el abogado Ben Manski han subido al podio y han llamado apasionadamente a la democracia en Wisconsin. Éste ha conducido a la multitud excitada a gritar "Rechazamos vuestro presupuesto". Un estudiante ha hecho un discurso mal preparado pero ha hablado también de una educación que debería ser accesible para todos.
La atmósfera se ha calentado un poco cuando algunas personas han recordado los momentos vividos en las protestas de febrero y marzo. Pero más allá de la apariencia alegre del acontecimiento, que se explicaba por el placer de estar de nuevo en la calle, se sentía una frustración subyacente.
"Es un sentimiento moderado" ha dicho Mike Imbrogno, un miembro de AFSCME Local 171, al hacer un balance de la concentración. "Hace tres meses aún, lo que ha ocurrido el sábado 14 de mayo habría sido inconcebible. Creo que esto debe hacer reflexionar. Una parte de lo que el movimiento ha hecho es estimular a la gente a ver las cosas de otra forma. Pero en estas manifestaciones, es como si se dijera "aquí estamos de nuevo". Ha exigido tanto tiempo que manifestaciones de esta amplitud tuvieran lugar que cuando se convierten en bazas para las direcciones sindicales y los demócratas, resulta frustrante".
Como Imbrogno, hay mucha gente en Wisconsin que quiere más que soluciones electorales servidas por líderes sindicales y políticos. Imbrogno ha dicho que su sección local (de la AFSCME) veía en la manifestación una oportunidad para reconstruir su base.
"Potencialmente, esto significa la revitalización del movimiento de los asalariados de la base hacia arriba" ha afirmado Imbrogno. "Esto podría permitir acabar con el antiguo modo de actuar y crear un nuevo movimiento de los asalariados y asalariadas que fuera combativo. En tanto que activistas a nuestro nivel local, nuestra tarea es plantear preguntas sobre los otros modelos posibles de organización".
Recientemente se han formado en Wisconsin muchas coaliciones de base para combatir el presupuesto de Walker. Algunos de esos grupos, como la nueva coalición nombrada Wisconsin Resiste, se han unido con el movimiento U.S.Uncut (contra los recortes presupuestarios) a fin de planificar acciones directas locales. Estas acciones están en general seguidas solo por algunos centenares de militantes, pero son mucho más radicales y militantes que las manifestaciones más amplias.
Acciones recientes como el "Tax the rich day" o el "Reverse robin hood day", jornadas en las cuales algunos militantes han marchado hacia los bancos locales, exigiendo una tasación correcta y bloqueando en algunos casos el negocio bancario durante una hora.
Además, estudiantes de la Universidad de Wisconsin-Madison han ocupado brevemente el edificio de su administración antes del fin del semestre para marcar su oposición a una parte de la propuesta de presupuesto que prevé sacar a la Universidad de Madison del sistema de las demás universidades de Wisconsin. Esta operación tendría por resultado un aumento de las tasas universitarias y una disminución de la transparencia a nivel de la organización de la universidad.
A pesar de todos estos esfuerzos y de las revueltas históricas de febrero y marzo, el ataque político contra los trabajadores de Wisconsin se intensifica.
La semana pasada, el legislativo ha hecho aprobar un proyecto de ley que exigiría la presentación de una foto reciente de tipo carné de identidad para poder votar. Lo que puede impedir a muchos estudiantes, salidos de las minorías y/o que tengan bajos ingresos, votar. Otro trozo de legislación antiinmigrante está a punto de ser servido por el republicano Donald Pridemore, una copia perfecta de la ley Arizona SB 1070 (una ley adoptada en 2010 que es la más estricta sobre la inmigración clandestina de todos los Estados Unidos) instaurando una discriminación racial en Wisconsin.
Muchos manifestantes comprometidos continúan asistiendo a las sesiones del Senado. A menudo, hacen allí discursos espontáneos y muy "afectivos" en el desesperado esfuerzo de expresar su oposición. Frecuentemente, son evacuados por la fuerza del edificio del Capitolio. "La gente está dispuesta a pelear pero debemos consolidar nuestros esfuerzos", ha repetido Imbrogno.
Ya hay algunos esfuerzos colectivos coronados de éxito. La tentativa del gobernador de sacar a los sindicatos del sector público de las negociaciones colectivas sigue en los tribunales. Igualmente, los esfuerzos apuntando a revocar a algunos senadores republicanos están en curso y las firmas necesarias para llamar a una elección para su revocación han sido obtenidas.
A pesar de la frustración, la lucha en Wisconsin continúa en grados variables de militantismo. Como batallas similares están naciendo en todo el país, crean el potencial para una batalla más fuerte y más unificada contra los recortes presupuestarios, tanto a nivel federal como en los estados. El hecho de saber si nuestros esfuerzos serán coronados por el éxito o no depende de la organización a pequeña escala que tiene lugar en las escuelas, en los lugares de trabajo y en los sindicatos, en Wisconsin y en otras partes.
"Las cosas no están apagándose" ha dicho el militante del movimiento estudiantil Jon Mack. "Hay acción. Hay una coalición amplia de amigos y de vecinos que aguantan juntos dispuestos a volver a la lucha".
30/05/2011
Sarah Blaskey ha escrito este artículo para la página web de la ISO (International Socialist Organization) de los Estados Unidos.
*Ver http://www.vientosur.info/articulosweb/noticia/index.php?x=3689
http://alencontre.org/?p=2830
Traducción: Faustino Eguberri para VIENTO SUR
La última gran manifestación de asalariados y asalariadas tuvo lugar el 12 de marzo de 2011; fue el resultado de una movilización de un mes que vio a centenares de miles de miembros de los sindicatos, de estudiantes y de gente que les apoyaba protestar ante el edificio del Capitolio (sede del gobierno) contra la tentativa de Walker de "vaciar" las negociaciones del sector público pasando por encima de las instancias legislativas.
Cuando en estos momentos se debate sobre la ley antisindicatos ante los tribunales, los dirigentes sindicales y los políticos demócratas han hecho todos sus esfuerzos para llamar a los senadores republicanos del estado a intentar hacer fracasar la agenda de Walker. Pero Walker y sus aliados siguen a la defensiva, proponiendo nuevas leyes que limitarían el acceso al voto, recortarían en los gastos sociales y pondrían en pie ataques del tipo de los de Arizona contra los inmigrantes.
Sin embargo, la resistencia continúa. En la ciudad de Madison, las ventanas antes vacías de las casas del barrio de Madison muestran consignas escritas a mano del tipo "No pagaremos su crisis". Coches del sindicato continúan haciendo sonar el claxon al ritmo del cántico "This is what democracy looks like" mientras marchan hacia Capitol Square. Los bares y los coffee-shops están repletos de debates políticos. Y continúa habiendo un profundo sentido de orgullo y de solidaridad, tanto en el propio Madison como en el exterior de la ciudad.
Pero, ¿cuántas cosas han cambiado realmente, y hasta dónde debe ir Wisconsin? La respuesta que se recibe depende de la persona con la que se hable. Si algo es seguro, sin embargo, es que la lucha popular de Wisconsin está lejos de haber terminado.
El 14 de mayo de 2011, "Somos Wisconsin", una coalición creada por el sindicato AFL-CIO convocó una manifestación ante el Capitolio. La gente de todo el estado acudió con entusiasmo. Era la mayor concentración desde el mes de marzo, con una multitud estimada en 15.000 personas. Varios grupos marcharon desde diferentes lugares a fin de sumarse a la manifestación, tanto estudiantes como funcionarios de los AFSCME (American Federation of State, County and Municipal Employees) locales, enseñantes de Madison o miembros de Voces de la Frontera, un grupo de defensa de los derechos de los y las inmigrantes con base en Milwaukee.
Pero la concentración ilustró tanto las fuerzas como las debilidades de la lucha de Wisconsin. "Intentamos construir un movimiento" ha dicho George Martin, un conocido militante antiguerra. "Los ataques recibidos han hecho reaccionar a todo el mundo, y es preciso que nos juntemos si queremos ser más fuertes de lo que somos. Vamos a vernos todos afectados. Es preciso que vayamos más allá de la revocación" (de seis electos republicanos).
En esta manifestación, se suponía que Martin hiciera una intervención. Tenía previsto hablar del coste de la guerra y de su impacto en los presupuestos del estado. Pero tras llegar de Milwaukee, le negaron el derecho a acceder al podio. Aún cuando Martin no quiera verdaderamente discutir sobre el tema, parece claro que ha sido apartado de la lista de oradores debido a su mensaje demasiado radical.
En lugar de esto, la mayor parte de los oradores pusieron el acento en los esfuerzos a hacer en el sentido de la revocación electoral de los seis senadores republicanos.
"Es la última vez que espero veros en Madison", ha dicho a la multitud el senador demócrata Jon Erpenbach. Ha dicho que era el deber de los "Demócratas de Wisconsin" ir a sus ciudades natales a fin de hacer campaña a favor del voto de revocación.
Sin embargo, la retórica ha cambiado cuando militantes locales y el abogado Ben Manski han subido al podio y han llamado apasionadamente a la democracia en Wisconsin. Éste ha conducido a la multitud excitada a gritar "Rechazamos vuestro presupuesto". Un estudiante ha hecho un discurso mal preparado pero ha hablado también de una educación que debería ser accesible para todos.
La atmósfera se ha calentado un poco cuando algunas personas han recordado los momentos vividos en las protestas de febrero y marzo. Pero más allá de la apariencia alegre del acontecimiento, que se explicaba por el placer de estar de nuevo en la calle, se sentía una frustración subyacente.
"Es un sentimiento moderado" ha dicho Mike Imbrogno, un miembro de AFSCME Local 171, al hacer un balance de la concentración. "Hace tres meses aún, lo que ha ocurrido el sábado 14 de mayo habría sido inconcebible. Creo que esto debe hacer reflexionar. Una parte de lo que el movimiento ha hecho es estimular a la gente a ver las cosas de otra forma. Pero en estas manifestaciones, es como si se dijera "aquí estamos de nuevo". Ha exigido tanto tiempo que manifestaciones de esta amplitud tuvieran lugar que cuando se convierten en bazas para las direcciones sindicales y los demócratas, resulta frustrante".
Como Imbrogno, hay mucha gente en Wisconsin que quiere más que soluciones electorales servidas por líderes sindicales y políticos. Imbrogno ha dicho que su sección local (de la AFSCME) veía en la manifestación una oportunidad para reconstruir su base.
"Potencialmente, esto significa la revitalización del movimiento de los asalariados de la base hacia arriba" ha afirmado Imbrogno. "Esto podría permitir acabar con el antiguo modo de actuar y crear un nuevo movimiento de los asalariados y asalariadas que fuera combativo. En tanto que activistas a nuestro nivel local, nuestra tarea es plantear preguntas sobre los otros modelos posibles de organización".
Recientemente se han formado en Wisconsin muchas coaliciones de base para combatir el presupuesto de Walker. Algunos de esos grupos, como la nueva coalición nombrada Wisconsin Resiste, se han unido con el movimiento U.S.Uncut (contra los recortes presupuestarios) a fin de planificar acciones directas locales. Estas acciones están en general seguidas solo por algunos centenares de militantes, pero son mucho más radicales y militantes que las manifestaciones más amplias.
Acciones recientes como el "Tax the rich day" o el "Reverse robin hood day", jornadas en las cuales algunos militantes han marchado hacia los bancos locales, exigiendo una tasación correcta y bloqueando en algunos casos el negocio bancario durante una hora.
Además, estudiantes de la Universidad de Wisconsin-Madison han ocupado brevemente el edificio de su administración antes del fin del semestre para marcar su oposición a una parte de la propuesta de presupuesto que prevé sacar a la Universidad de Madison del sistema de las demás universidades de Wisconsin. Esta operación tendría por resultado un aumento de las tasas universitarias y una disminución de la transparencia a nivel de la organización de la universidad.
A pesar de todos estos esfuerzos y de las revueltas históricas de febrero y marzo, el ataque político contra los trabajadores de Wisconsin se intensifica.
La semana pasada, el legislativo ha hecho aprobar un proyecto de ley que exigiría la presentación de una foto reciente de tipo carné de identidad para poder votar. Lo que puede impedir a muchos estudiantes, salidos de las minorías y/o que tengan bajos ingresos, votar. Otro trozo de legislación antiinmigrante está a punto de ser servido por el republicano Donald Pridemore, una copia perfecta de la ley Arizona SB 1070 (una ley adoptada en 2010 que es la más estricta sobre la inmigración clandestina de todos los Estados Unidos) instaurando una discriminación racial en Wisconsin.
Muchos manifestantes comprometidos continúan asistiendo a las sesiones del Senado. A menudo, hacen allí discursos espontáneos y muy "afectivos" en el desesperado esfuerzo de expresar su oposición. Frecuentemente, son evacuados por la fuerza del edificio del Capitolio. "La gente está dispuesta a pelear pero debemos consolidar nuestros esfuerzos", ha repetido Imbrogno.
Ya hay algunos esfuerzos colectivos coronados de éxito. La tentativa del gobernador de sacar a los sindicatos del sector público de las negociaciones colectivas sigue en los tribunales. Igualmente, los esfuerzos apuntando a revocar a algunos senadores republicanos están en curso y las firmas necesarias para llamar a una elección para su revocación han sido obtenidas.
A pesar de la frustración, la lucha en Wisconsin continúa en grados variables de militantismo. Como batallas similares están naciendo en todo el país, crean el potencial para una batalla más fuerte y más unificada contra los recortes presupuestarios, tanto a nivel federal como en los estados. El hecho de saber si nuestros esfuerzos serán coronados por el éxito o no depende de la organización a pequeña escala que tiene lugar en las escuelas, en los lugares de trabajo y en los sindicatos, en Wisconsin y en otras partes.
"Las cosas no están apagándose" ha dicho el militante del movimiento estudiantil Jon Mack. "Hay acción. Hay una coalición amplia de amigos y de vecinos que aguantan juntos dispuestos a volver a la lucha".
30/05/2011
Sarah Blaskey ha escrito este artículo para la página web de la ISO (International Socialist Organization) de los Estados Unidos.
*Ver http://www.vientosur.info/articulosweb/noticia/index.php?x=3689
http://alencontre.org/?p=2830
Traducción: Faustino Eguberri para VIENTO SUR
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