jueves, 2 de junio de 2011

¿Que está pasando con el Chavismo? o la doctrina nacional liberal latinoamericana


La alianza Santos-Chavez atrapa a otro "pez gordo". Se trata del miembro del Estado Mayor de la FARC, Julian Conrado.
Dr. Carlos Alpizar | Panama 
El pacto liberal nacional latinoamericano o los limites del Chavismo
Parte 1
La ambiguedad política del proceso llamado Bolivariano en Venezuela deja mucho que pensar estos días que corren. Son días de extrañeza. Estando en Madrid pudimos ver a los acampantes de Sol enarbolar discursos coherentes frente a una izquierda europea desperdigada, de vuelta en Panamá nos encontramos a un Genaro López, de foto con Lula Da Silva, y diciendo ‘No hemos pensado cambiar el modelo capitalista’ , afamando la hazaña electorera y socialdemocrata del preferido de las camaras empresariales de Río de Janeiro. El otrora lider raizal nos extraña, tanto como la ambiguedad del Chavismo en esto días, que en nuevo pacto con las élites colombianas, para preservar su caudal electoral, ha dispuesto combatir a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, persiguiendo, sometiendo judicialmente y políticamente a los miembros de este grupo rebelde. Pero no olvidemos que esto no es nuevo, desde hacen tres años el presidente Chavez viene deportando a Colombia personajes políticos de otros grupos armados de izquierda, tal es el caso de cuatro militantes del Ejercito de Liberación Nacional, entre otros casos, de personajes de menos importancia política. 
La izquierda electoral latinoamericana en el poder en la última década, por sus resultados reales y medibles, ha resultado no menos ambigua en sus programas que la europea, era la tésis que nos exponía el Dr. Ernesto Gálvez, del Centro de Estudios Hispanos, en Nueva York. El Dr. Galvez citando informes del Departamento de Estado argumenta que para Barack Obama, no ha sido muy difícil lidiar con la errática política exterior de Venezuela y los llamado países del Alba y los principales líderes de la UNASUR, que más que resultados reales, ha sido consignas. Nos preguntabamos si esto era un síntoma o un indicador de la primera parte de la tésis del Dr. Galvez, o era, según supuse en algún momento, la ingenuidad y falta de experiencia en materia geopolítica y en la administración del gobierno por parte de los sectores políticos que controlan los llamados procesos Bolivarianos y del Socialismo del Siglo XXI. 
Lejos de distanciarse de las fronteras del desarrollo de la economía de libre mercado, en Venezuela por ejemplo, las políticas de desarrollo del presidente Chávez han afianzado el modelo de consumo y las variables que le son connaturales a las profundas asimetrias productivas consecuencia de las altas rentas petroleras. En palabras del Dr. Galvez, el Socialismo Chavista ha reproducido una rearticulación ampliada de los patrones desarrollistas de un Keynesianismo tardío, dónde por ejemplo, el discurso del "microcrédito" como fórmula de emprendedurismo, "la educación como mecanismo de ascenso en las capaz sociales" y toda una serie de prácticas del funcionalismo capitalista del Estado Benefactor que hicieron crisis a finales de los años 80tas son nuevamente ensayadas por el Socialismo del siglo xxi. 
El problema de ensayar la reproducción de este modelo de capitalismo en tiempos de crísis financiera, donde el control de los commodities, la seguridad energética y alimentaria dispara los mercados envenenados por la especulación y los problemas de las bases productivas de las grandes economías y mercados emergentes, asociadas a los problemas ecológicos del planeta no tienen los réditos políticos ni ideológicos asegurados a  un largo plazo. Y las promesas de los gobiernos de los procesos nacional liberal latinoamericano llamados Bolivarianos,  de socializar el desarrollismo tardío es una especie de bumerang, que te regresa con mayores niveles de conflictividad social, al no poder compensar las demandas sociales del desarrollismo prometidas al modelo político electorero.
El Dr. Gálvez señala que la derechización y alianzas políticas con las élites colombianas por parte del socialismo Chavista significa la necesidad de entronizar unas nuevas relaciones geopolíticas que le permitan mantener el modelo electoral de control gubernamental, aunque mantener la promesa Keynesiana signifique entrar en conflicto con aliados que a largo plazo, dentro de la geopolítica del proyecto nacional liberal latinoamericano del socialismo del siglo xxi, resultaron ser aliados tácticos, refiriéndose a los sectores de izquierda como las FARC y otros similares en la región.
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Cita:
Venezuela captura y extraditará a miembro del Estado Mayor de las FARC
Santos, al líder revolucionario Hugo Chávez. Y bajo el paraguas de esa amistad se llevaron puesto a otro revolucionario: Julián Conrado, miembro del Estado Mayor de las FARC y quien cantara con su melodiosa voz, arengas farianas a través de las cuales mucha gente en el mundo conocería la lucha que en su patria se desarrolla. Dirigía el proyecto cultural de la organización además de tener una amplia consistencia política bolivariana y fue literalmente cazado por otro revolucionario.

La detención fue posible en el marco de cooperación entre la inteligencia de ambos países, Colombia- Venezuela. Países hasta hace poquito casi a punto de iniciar una guerra fratricida, situación que sacudió a todos los revolucionarios del mundo, los que sin ninguna duda estaríamos del lado de la que llamáramos, Revolución Bolivariana.

Según Santos, quien ya estará brindando con sus pares “llevábamos detrás de él, con nuestra inteligencia, varios años hasta que por fin pudimos concretar un paquete de inteligencia creíble que nos mostró que estaba en Venezuela. Lo compartimos con las autoridades de Venezuela que de inmediato actuaron”.
Según el ministro de defensa colombiano, Julián será ENTREGADO (otra vez esa palabrita que enojó a tantos cuando nos escucharon mencionarla, pero que resulta irreemplazable) a Colombia, lugar donde ya hay más de 7500 prisioneros políticos en paupérrimas condiciones, a los que se les prepara la comida con materia fecal por lo que muchos de ellos están en estado de gravedad y sin atención, no digo médica, sino humana.

Julián Conrado, revolucionario como el presidente de Venezuela, cuyo pecado es en este mundo despatarrado, luchar contra la injusticia y contra el dolor de su pueblo, espera la decisión de quien todo indicaba, conocía de cabo a rabo la situación del pueblo hermano: el presidente Chávez.

Eso es la amistad, lealtad, incondicionalidad que trae aparejada la unidad en las acciones, sobre todo cuando se trata de apoyarse en cuestiones hasta ayer nomás diferenciadoras. Algo que resultaría muy tierno y emocionante si no se necesitara, para celebrarla, la creación de más mártires.

Por supuesto, uno hubiera querido que el genocida olvidara su adicción por la sangre gracias a que el bueno hubiera logrado la conversión. Lo bravo es cuando la historia es al revés y es entonces cuando más de uno estamos pensando en usar almohadones en el trasero porque ya se está haciendo costumbre eso de recibir zancadillas que nos tiran de lleno al suelo. Y nos duele, vaya si duele.

Volverán a escucharse –leerse- las voces de quienes teníamos esperanzas en la persona bien intencionada y los enojos de quienes dicen que no se debe criticar, que hay que dejar a las revoluciones seguir sus rumbos, que los que tenemos muy incorporado el sentido de la amistad y su nobleza, somos destituyentes y que hacemos mucho daño.

Saldrán grandes iluminattis siglo XXI a elucubrar monólogos rebuscados, en los que argumentarán que de no hacerse las cosas así, el imperio atacaría a Venezuela, que la revolución podría desaparecer si se quita la moda esa de hacer ENTREGA de luchadores y que para ello hace falta nada más ni nada menos, que aliarse con los genocidas. Y no faltarán los intelectuales de pacotilla diciendo que Julián Conrado tal vez fuera un agente de los gringos.

Todo eso lo reeditarán, todo eso lo soportaremos con la conciencia en alto y el repudio más firme frente a la que llamamos traición. Los revolucionarios “den’serio” estamos acostumbrados a que nos apaleen. Lo grave es cuando los apaleamientos nos los aplican por dentro. Y la traición no tiene excusa, no tiene justificativo más que para los traidores.

Creo que estamos escribiendo nuevos capítulos en esta que amenaza ser una espantosa telenovela latinoamericana, mitad terror, un cuarto de esperanzas truncas, otro cuarto de preocupación, cuyo título podríamos adelantar que sería: Muchas gracias, amigo. Usted lo merece, hermano!!!!

Ingrid Storgen En solidaridad con Julián Conrado, con Joaquín Pérez Becerra y con los más de 7500 desgarrados en las cárceles colombianas.

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