martes, 14 de junio de 2011

SOMOS ANONYMOUS Porque ninguno de nosotros es tan cruel como cualquiera de vosotros

Saludos, señores de la OTAN. Somos Anony-mous. En un documento reciente, habéis señalado a Anonymous como una amenaza «para el Go-bierno y para el Pueblo...
Anonymous 
“Saludos, señores de la OTAN. Somos  Anony-mous.  En un documento reciente, habéis señalado a  Anonymous  como una amenaza «para el Go-bierno y para el Pueblo».
 
También habéis decla-rado que el secreto es un ‘mal necesario’ y que no siempre la democracia es el modo correcto de avanzar.
 
Anonymous  quiere recordaros que el Gobierno y el Pueblo son, contrariamente a los que se supone que deben ser los principios de la ‘democracia’, entidades distintas con objetivos y deseos enfrentados a menudo. Para Anonymous,  cuando hay un conflicto de intereses entre el Gobierno y el Pueblo, la que debe tener prioridad es la voluntad del Pueblo. La única amenaza que la transparencia supone para el Gobierno es la de amenazar su capacidad para actuar con métodos con los que el Pueblo no estaría de acuerdo, sin tener que afrontar las consecuencias democráticas y las responsabilidades de ese comportamiento. Vuestro propio informe cita un ejemplo perfecto: el ataque de Anonymous  a HBGary  [la principal empresa norteamericana de seguridad informática, proveedora del Gobierno federal y de las principales corporaciones.  HBGary  fue atacada en febrero de este año por  Anonymous,  que sustrajo documentación que mostraba oscuras maniobras para evitar que  WikiLeaks  publicara información comprometedora sobre las actividades del  Bank of America.  N. del T.]. Es irrelevante si HBGary actuó para obtener ventajas militares o de seguridad; el hecho es que sus actuaciones eran ilegales y moralmente condenables.  Anonymous  no acepta de ningún modo que el Gobierno y/o el Ejército tengan derecho a estar por encima de la Ley y a usar el falso cliché de la «seguridad nacional» para justificar actividades oscuras e ilegales. Si el Gobierno ha de romper las normas, debe también estar dispuesto a aceptar las consecuencias democráticas de ello en las urnas. Nos negamos a aceptar el  status quo  actual, mediante el cual un Gobierno puede contar una historia a la gente y otra distinta en privado. La falta de honradez y el hermetismo minan por completo el concepto de autogobierno. ¿Cómo puede la gente juzgar a los representantes a los que vota sin ser plenamente consciente de las políticas que practican?
Cuando se elige un Gobierno, se supone que es para  «representar»  a la nación a la que gobierna.
 
Básicamente, esto significa que las decisiones de un Gobierno no son las decisiones de las personas que gobiernan, sino decisiones tomadas en nombre de cada uno de los ciudadanos de ese país. Es inaceptable mantener una situación en la que, en muchos casos, el Pueblo desconoce total y absolutamente qué es lo que se dice y se hace en su nombre, en la intimidad de los despachos.
 
Anonymous  y  WikiLeaks  son entidades distintas. Las acciones de  Anonymous  no pretenden ayudar, ni tampoco han sido solicitadas por  WikiLeaks.  Sin embargo, Anonymous  y  WikiLeaks  comparten una característica común: no constituyen una amenaza para ninguna organización, a menos que esa organización haga algo malo y pretenda irse de rositas.
 
Nuestra intención no es amenazar el modo de vida de nadie. Nuestra intención no es dictar nada a nadie. Nuestra intención no es aterrorizar a ninguna nación.
 
Simplemente pretendemos quitarle el poder a los intereses creados y devolvérselo al Pueblo, a quien, en una democracia, nunca debería habérsele arrebatado.
 
El Gobierno hace las leyes. Pero eso no le da derecho a romperlas. Si el Gobierno no hubiera hecho nada oscuro o ilegal, no habría nada «embarazoso» en las revelaciones de WikiLeaks,  ni habría habido ningún escándalo con HBGary. Los escándalos provocados no han sido resultado de las revelaciones deAnonymous  o  WikiLeaks;  son resultado del CONTENIDO de esas revelaciones. Y la responsabilidad sobre esos contenidos debe recaer únicamente sobre los políticos que, como cualquier entidad corrupta, creyeron ingenuamente que estaban por encima de la ley y que nunca los cogerían.
 
El Gobierno y las grandes corporaciones han dedicado muchos comentarios al asunto de «cómo podemos evitar filtraciones similares en el futuro». Las soluciones van desde mejorar la seguridad hasta reducir los niveles de transpa-rencia, pasando por endurecer las penas para los chivatos o la censura de la prensa.
 
Nuestro mensaje es simple: no mintáis a la gente, y no tendréis que preocuparos por que vuestras mentiras puedan quedar expuestas. No hagáis negocios corruptos, y no tendréis que preocuparos por que se destape vuestra corrupción. No rompáis las reglas, y no tendréis que preocuparos por que eso pueda acarrearos problemas.
 
No tratéis de arreglar vuestro juego de las dos caras ocultando una de ellas. En lugar de ello, probad a quedaros solo con una; una cara honrada, transparente y democrática.
 
Sabéis que no nos tenéis miedo porque seamos una amenaza para la sociedad. Nos tenéis miedo porque somos una amenaza para el orden jerárquico establecido.  Anonymous  ha demostrado a lo largo de los últimos años que la jerarquía no es necesaria para alcanzar grandes progresos. Tal vez nos teméis porque os habéis dado cuenta de vuestra irrelevancia en una era que ha superado su dependencia de vosotros. Vuestro verdadero terror no está en un colectivo de activistas, sino en el hecho de que vosotros y todo lo que defendéis se ha visto superado por una marea de cambios y de avances tecnológicos.
 
Por último, no cometáis el error de desafiar a  Anonymous.  No cometáis el error de creer que podéis decapitar a una serpiente sin cabeza. Si rebanáis una de las cabezas de la Hidra, en su lugar crecerán diez más. Si hacéis caer a un miembro de  Anonymous,  se nos unirán otros diez, simplemente como reacción a vuestro intento de pisotear la disidencia.
 
Para vencer al movimiento que nos une, vuestra única opción es aceptarlo. Este mundo ya no es vuestro. Este mundo es nuestro; es el mundo del Pueblo.
 
Somos  Anonymous.
Somos legión.
No perdonamos.
No olvidamos.
Idos preparando”.


[NOTA: El traductor, aunque suscribe gran parte del discurso de este comunicado, no pertenece al movimiento  Anonymous,  ni tiene vinculación alguna con las actividades de este colectivo. Se limita a difundir el texto, por considerar que sus reflexiones constituyen un saludable ejercicio de auténtica democracia.]
Traducido por Red Kite, junio 2011.

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