"Cállense o aparecerán muertos” y "Ésta es otra advertencia, por más que se cuiden no escaparán” fueron algunas de las amenazas recibidas por periodistas de la radio Victoria, El Salvador.
Camila Queiroz
"Cállense o aparecerán muertos” y "Ésta es otra advertencia, por más que se cuiden no escaparán” fueron algunas de las amenazas recibidas por periodistas de la radio Victoria, ubicada en la ciudad de Victoria, departamento de Cabañas, El Salvador. Llegaron mensajes escritos a la radio y a las casas de los trabajadores en 2006 y en 2009, firmados por el "Grupo de Exterminio”, sin embargo, el envío resurgió en mayo. Los periodistas también han recibido llamados telefónicos y e-mails anónimos.
La radio Victoria pauta, en su programación, temas sociales como derechos humanos, género, juventud y medio ambiente, relatando principalmente la lucha contra la minería. Sobre este tema, siempre explican cuáles son los perjuicios ambientales que pueden causar los proyectos mineros de la región debido al uso de cianuro en la extracción de metales.
Para los periodistas, éste es el motivo de las amenazas, que coincidentemente comenzaron en 2006, durante las movilizaciones contra la explotación minera en el municipio de San Isidro, también en Cabañas, realizada por la transnacional minera canadiense Pacific Rin Mining Corp (PacRim). En aquella época, dos dirigentes sociales fueron asesinados.
En 2009, en el período de las elecciones, nuevamente las amenazas se intensificaron. A pesar de no acusar a nadie específicamente, los periodistas desconfían que las amenazas parten de los alcaldes de los municipios vecinos y, principalmente, del alcalde de Victoria, Juan Antonio Ramos.
Las intimidaciones estuvieron dirigidas a los radialistas Pablo Ayala, Óscar Beltrán, Manuel Navarrete, Maricela Ramos y a las familias de los trabajadores. Entre junio y diciembre de 2009, hubo tres asesinatos vinculados con la actividad minera y, por eso, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) decidió, en 2010, que la policía debería dar protección a las instalaciones de la radio y a los periodistas.
Sin embargo, ni así ellos se sienten seguros, conforme lo que relata el coordinador de la emisora, el periodista Óscar Beltrán. "No confiamos en quienes nos cuidan. La minería está vinculada con los poderes locales. No confío en la policía de aquí”, comentó, afirmando que los policías hacen informes de todas las actividades de la radio, inclusive de las reuniones.
La periodista Maricela tuvo que dejar el país, pues las amenazas estaban dirigidas hacia ella y su hija de dos años. "En los mensajes nos insultan, nos intimidan, nos coartan nuestra libertad de expresión diciéndonos que cambiemos nuestro enfoque de producir radio, y si no, nos dan plazos para salir del lugar o de lo contrario nos van asesinar”, contó.
Solidaridad
Radialistas de la Asociación Latinoamericana de Educación Radiofónica (Aler), reunidos en la capital San Salvador, realizaron una visita a la radio Victoria. En el microómnibus en el que viajaban, los comunicadores improvisaron una estructura y transmitieron a las 107 radios y coordinadoras afiliadas de la Aler en el continente, el programa "Contacto Sur Vespertino”, en solidaridad con los periodistas amenazados.
Reporteros sin Fronteras, Asociación Latinoamericana de Educación Radiofónica (Aler), Asociación Mundial de Radios Comunitarias (Amarc) y Organización Católica Latinoamericana de Comunicación (Oclacc) participaron de la transmisión, resaltando la importancia de la radio Victoria para los movimientos sociales de la región. Los radialistas pidieron agilidad en las investigaciones a fin de terminar con las amenazas anónimas y el castigo de los culpables.
Con informaciones de Oclacc.
Traducción: Daniel Barrantes – barrantes.daniel@gmail.com
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