Los dos liberados salieron porque no tenían cargos con los cuales mantenerlos presos: No son terroristas, lo único que hicieron fue postear en Twitter un texto
Javier Hernández Alpízar
Como dice en una de sus canciones Eulalio González El Piporro a sus músicos: "Ah qué bonito terminaron, igualito que empezaron". No tuvieron elementos para juzgarlos, y los tuvieron que liberar.
Así salieron libres Maruchi Bravo Pagola y Gilberto Martínez Vera. Porque, como declaró Maruchi a Plumas Libres: "Yo no corto cabezas, ni tengo AK47". (http://plumaslibres.com.mx/2011/09/21/yo-no-corto-cabezas-ni-tengo-ak- 4-maruchi/)
Los dos liberados salieron porque no tenían cargos con los cuales mantenerlos presos: No son terroristas, lo único que hicieron fue postear en Twitter un texto, en medio de la psicosis que ya existía en el puerto de Veracruz, provocada por el terror cotidiano que padecen, no por ninguna red social.
Los dos liberados salieron porque no tenían cargos con los cuales mantenerlos presos: No son terroristas, lo único que hicieron fue postear en Twitter un texto, en medio de la psicosis que ya existía en el puerto de Veracruz, provocada por el terror cotidiano que padecen, no por ninguna red social.
Como lo manejaron otros medios electrónicos: "El sobreseimiento, de acuerdo con fuentes consultadas, es una figura extraordinaria que se otorga para finalizar anticipadamente un juicio." (http://www.milenio.com/cdb/doc/noticias2011/9eff4ec8bb8b82a2677854bfeb 1c365f) Es decir, jamás fueron sentenciados ni declarados culpables de ningún delito, nunca fueron juzgados propiamente. El gobierno desistió o no presentó cargos, precisamente porque "tenía lagunas legales", no había leyes que definieran delitos para ellos, ergo, no había delitos. Sin ley no hay crimen.
No podían aplicarles el delito de "alteración del orden público", recién aprobado al vapor por la bancada priista en el Congreso del Estado, porque las leyes no pueden ser retroactivas, y ya habían violado demasiado sus derechos procesales (nomás tenerlos presos sin una ley a la cual apelar) como para salir "bajo fianza" por hechos supuestos anteriores a la ley que los pretendía "beneficiar".
El descrédito que ya acarreaba el gobierno de Veracruz era demasiado alto: Amnistía Internacional pedía su liberación, y lo mismo el Centro de Periodismo y Ética Pública (CEPET), Reporteros Sin Fronteras, Article19. Además, en Twitter y Facebook las noticias dan la vuelta al mundo.
La Caravana al Sur del Movimiento Nacional por la Paz –que con las víctimas de la violencia en Xalapa, entre ellas la madre del Gilberto, la señora Anita Vera, convocaron a una marcha y mitin nocturno el pasado 18 de septiembre,entre tres y cinco mil almas, incluidos los más de 600 de la caravana– pidió a gritos su liberación y Javier Sicilia dijo que era un caso emblemático. La ley recién aprobada ha sido equiparada a la de disolución social, de tiempos del díazordacismo... Hasta en el Senado de la República se promovía un punto de acuerdo (¿salió?) pidiendo que los liberaran. Y, sobre todo: el amparo, todo parece indicar, los iba a favorecer y los tendrían que liberar.
Jamás debieron haberlos apresado. El gobierno debería reconocer que jamás se les comprobó ni sentenció por ningún delito. Sus nombres deben ser limpiados de la manera como por acá y por allá se les tildó indebidamente de "terroristas".
Como dijera Maruchi: "ganó la libertad de expresión". Y se mostró que no hay gobierno tan duro que pueda hacer lo que quiera por encima de la ley en contra de la libre expresión en las redes sociales. Al menos no todavía... porque en muchos países, como China y Pakistán, lo mismo que en otros estados de la República, como Tabasco y Nayarit, intentan coartar la libertad de expresión.
Gandhi ha explicado, como nos han enseñado en las marchas del Movimiento por la Paz, que la paz no es el camino, pero también que para alcanzar la paz, debe seguirse el camino de la verdad. Y la verdad no se decreta, ni se calla.
Los rumores dejarán de existir cuando haya medios veraces, cuando no haya represión, cuando haya libertad de expresión. Entonces, si alguien se equivoca, podrá corregirse o ser corregido por otros, pero no ir a la cárcel. Eso no.
Felicidades a todas las redes y ciudadanos defensores de la libertad de expresión y de los derechos humanos: ellos lograron la libertad de los dos ya famosos e históricos twitteros.
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