Depuesto por un golpe de Estado en junio de 2009, el ex presidente de Honduras Manuel Zelaya se prepara para volver a asumir un rol protagónico en el escenario político del país centroamericano. De regreso a su tierra natal desde el 28 de mayo de este año, coordina la articulación de diferentes movimientos populares que contribuyeron a la fundación de Libre (Libertad y Refundación), partido que estará presente en las próximas elecciones de 2013.
Brazo político del FNRP (Frente Nacional de Resistencia Popular), Libre queda huerfano de la palabra “resistencia”, término que dio una fuerte identidad al movimiento social y popular surgido espontáneamente como reacción al golpe.
Fuente original (portugués) Opera Mundi
La asamblea general del FNRP tuvo que cambiarle el nombre otras dos veces – primero FARP (Frente Amplio de Resistencia Popular) y luego PRP (Partido de la Resistencia Popular). Eso ocurrió porque las palabras “Frente Amplio” y “Resistencia” ya habián sido registradas y depositadas en el TSE (Tribunal Supremo Electoral) por otra fuerza política. Para Zelaya, coordinador nacional del FNRP, ésta no fue una decisión fácil, pero asegura que el pueblo tendrá la madurez para entenderla.
Durante una entrevista en exclusiva con Opera Mundi, Zelaya abordó temas que provocan intensos debates en la historia reciente de Honduras: las expectativas electorales, la necesidad de pasar de la lucha social a la lucha política, la relación entre la Resistencia y el nuevo partido, y el silencio internacional ante las reiteradas violaciones del Acuerdo de Cartagena.
-Libertad y Refundación ¿Por qué estas palabras?
-La libertad es una utopía a la que nos abocamos. Es romper la cadena que nos oprime y es una aspiración personal y colectiva. Queremos la libertad, pero para ser libres, tenemos que refundar la patria.
Más allá del golpe de Estado, la propuesta política del FNRP surge de una demanda histórica del pueblo. Ella tiene raíces profundas, y se posiciona en contra de la desigualdad, la pobreza y la violencia del sistema neoliberal y del capitalismo sin límites. El pueblo ha madurado y está listo para promover la transformación del país.
-¿Cómo refundar la Patria? ¿Autoconvocándose a una Asamblea Constituyente, que fue la propuesta del FNRP, o a través de instrumentos constitucionales que ya existen?
-En Honduras siempre se debate sobre cómo se administra el modelo y nunca sobre la estructura de poder que determina ese tipo de administración. El poder no se discute nunca.
Durante mi gobierno, traté de promover cambios consultando al pueblo sobre la Constituyente, y me dieron un golpe de Estado. En este sentido, el término “refundación” proviene de este concepto: volver a plantear los factores de poder en el contexto de la correlación de fuerzas del país.
El pueblo se ha empoderado de este concepto y es un nuevo actor en la correlación de fuerzas en Honduras. Ahora, quiere decidir asuntos de importancia nacional. No para quitarle algo al capital, sino para garantizar una mejor distribución de la riqueza nacional y reducir la pobreza.
-¿Sigue siendo una prioridad para el nuevo partido?
-Necesitamos hacerla para elaborar un nuevo poder constituyente en el país. El Partido Nacional hizo la misma reforma constitucional que yo propuse en mi gobierno, y ahora debería convocar a una Constituyente. Esto permitiría la recomposición del pacto social roto por el golpe. Si no lo quieren hacer, lo vamos hacer nosotros después del 2013, cuando seamos gobierno.
-¿Cuáles fuerzas van a conformar Libre?
Nos reservamos el derecho de no aceptar a personas que están de acuerdo con la violencia del golpe. Pero no rechazamos a quienes de verdad se arrepienten de lo que hicieron. Ya hemos perdonado a nuestros detractores y avanzamos rumbo a la reconciliación. No queremos venganza, sino justicia, y vamos a hacerla en las urnas.
-¿Qué peso tendrán en el nuevo partido los liberales no comprometidos con el golpe?
-Dependerá del pueblo. Si las personas, los líderes y los dirigentes que se van a proponer al pueblo no representan los intereses bastardos de las élites que dominan el país, creo que tendrán el respaldo popular para emprender las transformaciones que Honduras necesita. Todos se van a someter al escrutinio popular, para que el pueblo escoja quién lo dirija y lo conduzca a la lucha contra el Partido Nacional, la oligarquía y el tradicionalismo.
-También contra el Partido Liberal...
-Contra todo lo que representa el tradicionalismo. No importa la ideología de los dirigentes, pero sí deben tener una conducta diferente a la tradición, y su visión política debe estar comprometida con la lucha pacífica, democrática y tener un alto compromiso social.
-¿Usted cree que los sectores que promovieron el golpe estarán dispuestos a aceptar un gobierno de Libre?
-No tendrían otro camino que reconocer la victoria. Si ellos interrumpen un proceso político electoral, el mundo les cerraría nuevamente las puertas.
-En diferentes ocasiones, usted ha señalado la participación de Estados Unidos en el golpe. ¿Cree que este país va a intervenir en este nuevo proceso político?
-Ellos siempre se intrometen y sabemos que los países como Honduras son protectorados estadounidenses, ocupados económica y militarmente. No podemos negar su presencia y debemos sentarnos con ellos para explicarles que necesitamos que sus grandes transnacionales dejen de promover golpes de Estado y violencia. Honduras necesita refundarse y tienen que entenderlo.
-¿Cuál va a ser la relación entre el FNRP y Libre?
-Es el mismo sujeto, nada más que Libre es el brazo político y el FNRP dirige la intención del pueblo por organizarse. Atrás de todo el proceso está el pueblo. La oligarquía quiere sembrar discordia al decir que hay una división entre estas dos fuerzas.
En la Resistencia, hay muchas personas que, por ingenuidad, caen en ese error. Decir que es incorrecto ir a elecciones significa prestarse al juego de la oligarquía y del imperio. Ahora el pueblo quiere participar en política, tomar el poder para lograr cambios estructurales.
-¿Y la lucha social que se ha emprendido en estos años?
-Porfirio Lobo tiene casi dos años de estar en el gobierno y la lucha social no ha dado resultados. ¿Qué han conseguido el sector magisterial, los obreros, los campesinos con la lucha en las calles? Prácticamente les han arrebatado sus conquistas históricas. Eso demuestra que la resistencia y la lucha social son buenas, pero tienen límites y no resuelven el problema. Más bien hemos tenido retrocesos. El poder político de un gobierno comprometido es el camino para resolver los problemas.
-¿Tampoco va a haber diferencias en término de estructura?
-Ya fueron aprobados los estatutos del partido y toda la estructura del FNRP se va a someter a elecciones. El pueblo va a decidir quiénes conducirán la última fase de la lucha contra la oligarquía y los partidos tradicionales. A partir del momento en que se inscriba el partido habrá una sóla estructura, pero ésto no quiere decir que la lucha política abandone la lucha de masas, sino que la va a evaluar y apoyar.
Hay personas que no creen en las luchas políticas, porque te obligan a relacionarte con los verdaderos actores del país y a reconocerlos. Tenemos que participar para vencerlos pacificamente en las elecciones. Dejarle el poder a la oligarquía sería fatal
-Cuatro meses después de la firma de los Acuerdos de Cartagena, ¿usted considera que esta decisión fue acertada?
-Nadie puede oponerse a un proceso de reconciliación. Es por eso que las encuestas muestran que el 80 por ciento de la población es favorable a los acuerdos. Pero el hecho de que se cumplan o no depende de otros factores.
Luchamos para que se respeten, porque la violación a los derechos humanos continúa, los juicios son parcializados, no ha llegado al país la relatoría de derechos humanos de la ONU y seguimos reclamando nuestro derecho a la reconciliación.
-Honduras reingresó al escenario internacional, pero ya nadie habla de lo que está aconteciendo en el país. ¿Los Acuerdos de Cartagena fueron la pieza que faltaba para el “blanqueo” del golpe?
-El golpe no se ha blanqueado. La Comisión de la Verdad dijo que fue un golpe y lo condenó. Yo firmé como ex presidente y Porfirio Lobo como presidente surgido de elecciones que impugnamos. Decir que no reconocemos a su gobierno sería negar una realidad, porque el gobierno existe.
-La Resistencia continúa desconociendo su legitimidad.
-La Resistencia ha sido coherente desde el principio hasta el final. Con los acuerdos, nos ofrecieron elecciones e inscripción del partido, y aceptamos. Al comienzo, la Resistencia quería derribar el sistema desde afuera. Como no fue posible y muchas de las conquistas logradas en el pasado comenzaron a perderse, decidimos entrar en el sistema y combatirlo desde adentro.
Espero que, en 2013, la sabiduría popular y la conducta de esta nueva fuerza política marquen el inicio de una nueva era, no utópica, de falsas ilusiones, mentiras y demagogia, sino de realidades. A medida que avance la campaña (electoral), les vamos ir dando por la cara a todos éstos. Especialmente a la CIA (Central de Inteligencia Americana), que nos han venido difamando para dividir al país, tal como lo hicieron con el golpe.
miércoles, 12 de octubre de 2011
Honduras: Seguro de la victoria, Manuel Zelaya apuesta por una nueva era con elecciones de 2013
7:06
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Manuel Zelaya (Foto Lucas/Opera Mundi)
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