sábado, 21 de enero de 2012

Indignados londinenses ocupan otro edificio corporativo en la City

Indignados en Londres


Indignados del movimiento Occupy London ocuparon hoy la llamada Casa Romana, un edificio de oficinas corporativas en el área capitalina de Barbican, en protesta contra la avaricia del sector financiero británico.

  En lo que se cuenta como la quinta ocupación, los manifestantes se apoderaron del inmueble de nueve pisos para instar a la City a "convertirse en un organismo público más transparente, como cada organismo público en el país".

De acuerdo con portavoces del movimiento, los activistas permanecerán en la edificación, que anteriormente albergaba a empresas de servicios financieros, hasta que la Corporación de Londres publique los detalles de sus cuentas bancarias.

La Corporación, entidad encargada de la City, ha minado nuestra democracia a través del poder de sus grupos de presión y debe someterse a escrutinio público, demandó el vocero de los indignados, Bryn Phillips.

Si la City se compromete a publicar sus cuentas en efectivo, nosotros abandonaremos el edificio inmediatamente; de lo contrario, tomaremos medidas pertinentes hasta que ese momento llegue, acotó.

Asimismo, Philips indicó que pese a no reportarse todavía detenciones, la presencia policial en la zona por la nueva acción es la más alta desde que Occupy London emplazara un campamento de protesta en la plaza de San Pablo el pasado 15 de octubre.

Esperamos que vengan más personas a unírsenos, destacó Philips, quien anunció para el próximo lunes la realización de una conferencia cuyo título será "Las finanzas secretas y actividades de cabildeo de la City".

El miércoles, el Tribunal Superior de Londres autorizó la petición de desalojo interpuesta contra los indignados por las autoridades municipales del lugar, aunque los inconformes ya anunciaron que presentarán recurso de apelación ante las instancias judiciales.

Desde el año pasado, Occupy London mantiene campamentos de protesta en la plaza de San Pablo y Finsbury Square, en rechazo a la codicia financiera, los recortes presupuestarios, el desempleo y las desigualdades sociales.

El movimiento también ocupó un inmueble del banco suizo UBS e irrumpió en una sede de la compañía minera global Xstrata, lugar donde los inconformes fueron reprimidos por la policía con el uso de la fuerza.

rmh/jha

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