Por Agencia EFE
Cerca de 5.000 personas se manifestaron hoy en Jerusalén en protesta contra el racismo que, según denunciaron, ejerce la sociedad israelí hacia la comunidad de inmigrantes de origen etíope, informaron los medios locales.
Los manifestantes, entre ellos centenares de etíopes de nacionalidad israelí, se concentraron ante el Parlamento (Kneset) entre pancartas que rezaban "Negros y Blancos-Todos somos iguales", "Justicia social" o "Nuestra sangre sólo es buena para la guerra".
En la manifestación, que se dirigió posteriormente hasta la residencia del primer ministro, Benjamin Netayanhu, participaron también diputados de oposición y líderes del movimiento de indignados, que el pasado verano desencadenaron la mayor ola de protestas de la historia de Israel.
La líder de la oposición israelí, Tzipi Livni, asistió igualmente a la protesta, según la edición digital del diario Yediot Aharonot.
Entre los manifestantes se encontraba Mulet Araro, un estudiante de 26 años de origen etíope, que el pasado lunes emprendió una marcha a pie de 63 kilómetros desde su casa en Kiryat Malachi hasta Jerusalén para denunciar la discriminación que sufre su comunidad.
"Creo que un pequeño grupo puede crear un cambio", dijo Araro, quien caminó hasta Jerusalén acompañado por otros inmigrantes de origen etíope de su localidad.
La pasada semana cientos de manifestantes se manifestaron en Kiryat Malachi en protesta por el racismo contra los inmigrantes etíopes.
Según los participantes en la protesta, los propietarios de viviendas rechazan vender o alquilar apartamentos a los inmigrantes etíopes y han aparecido pintadas contra ellos en varios muros y automóviles de la localidad.
"Emprendo esta marcha de protesta contra el racismo que reina en la sociedad israelí con el fin de despertar a los ciudadanos de su adormecido estado actual", anunció Araro en su página de Facebook.
Los ánimos entre los israelíes de origen etíope se caldearon la semana pasada después de que la ministra israelí de Absorción de Inmigrantes, Sofa Landver, dijese en una Comisión del Parlamento que los inmigrantes etíopes debían "dar las gracias a Israel por lo que han recibido".
El activista social Daniel Bahart, que participó en la manifestación de hoy, acusó al Gobierno de haber ofrecido hasta ahora una "respuesta cosmética" al racismo y denunció numerosos casos de segregación y discriminación en las escuelas y otros ámbitos de la sociedad.
Los inmigrantes judíos de origen etíope, que se establecen en Israel y reciben la nacionalidad de este país, desempeñan habitualmente los trabajos más penosos y peor remunerados del mundo laboral israelí.
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