La primera ministra jamaicana, Portia Simpson Miller, que asumió el cargo este jueves, se ha comprometido este viernes a eliminar todo vínculo con la monarquía británica y a convertir al país caribeño en República independiente con su propio presidente.
A diferencia de su predecesor, apoya los derechos LGTB y ha declarado que incluiría una persona LGTB en su gabinete. Dicho anunció constituyó una auténtica sorpresa en Jamaica, pais considerado uno de los lugares más homofóbicos del planeta.
De acuerdo con la actual Constitución de Jamaica, el jefe del Estado es la reina Isabel II, mientras que el primer ministro es nombrado formalmente por el Gobernador, designado por la monarca.
“El año del 50 aniversario [de la independencia de Jamaica] será un momento para la reflexión de las lecciones del pasado y, mientras celebramos nuestros logros como nación independiente, necesitamos ahora completar el círculo de la independencia”, ha clamado Simpson Miller.
En el marco de este anuncio, la primera ministra también pretende suprimir el papel del Consejo Privado de la Reina, un importante órgano institucional que vehicula las ramificaciones políticas de Westminster con los estados del antiguo imperio británico.
No obstante, los grupos defensores de derechos humanos han criticado esta decisión. Mientras tanto, un portavoz de la corona ha insistido en que “los asuntos de la jefa del Estado de Jamaica conciernen absolutamente al Gobierno y al pueblo jamaicano”.
Las recientes elecciones jamaicanas se esperaban ajustadas pero fueron ganadas cómodamente por el People’s National Party (PNP),un partido socialista democrático, socialdemócrata y socioliberal y es considerado como el partido mas a la izquierda de Jamaica.
Una semana antes de tener lugar las votaciones ocurrió lo inconcebible: Simpson Miller declaró su apoyo a los derechos LGTB (“nadie debería ser discriminado por su orientación sexual”), un acto sin duda valiente en un país tan homofóbico como Jamaica y en marcado contraste con la estrategia de su oposición, que venia utilizando la homofobia como reclamo electoral.
La elección de Simpson Miller parece combinar dos ideas en conflicto aparente hasta la fecha. La valiente postura de Simpson Miller, en un momento en que podría haberle resultado políticamente caro, constituye una señal esperanzadora de que Jamaica puede hacer lo correcto.
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