miércoles, 1 de febrero de 2012

Cambio de régimen en Oakland



police army
El pasado sábado 28 de enero miles de padres y madres, de familias y de ciudadanos comprometidos se reunieron para abrir un centro comunitario en el corazón de la ciudad de Oakland. La policía, siguiendo órdenes del alcalde Quan, respondió a esta pacífica demostración de democracia directa y de conciencia comunitaria realizando alrededor de cuatrocientas detenciones. Varios cientos de personas fueron heridas cuando un ejército de agentes marchó sobre estas familias desarmadas disparando balas, gas lacrimógeno, bombas de humo, granadas aturdidoras y otros tipos de explosivo contra la multitud. El mismo día en que marchas solidarias se organizaron por docenas de ocupaciones en todo el país, el alcalde Quan señaló al movimiento de Ocupación denunciando la demostración de valentía bajo el fuego y de coraje comunitario de los ciudadanos de Oakland.

No es posible la convivencia de una extrema injusticia económica y de una democracia verdadera. Ya hemos comprobado esta violenta certeza con anterioridad en el Chile de Pinochet, la Rusia de los años 90 y la Indonesia de Suharto. Desde hace cuatro meses el movimiento de ocupación ha venido mostrando que esta verdad ha llegado finalmente a nuestra patria. La opresión económica por parte del 1% se ha hecho tan flagrante que ya no puede seguir adelante sin destruir el espíritu del sistema democrático norteamericano. En todo el país el pueblo se está alzando para reclamar una nación más justa y la brutalidad policial y la violencia del estado son lo único que mantiene en pie esta injusticia. Miles de miembros activos de la comunidad decidieron en Oakland comprometerse con la verdadera democracia al apoyar las necesidades auténticas y apremiantes de la ciudadanía. El estado, que supuestamente representa a los ciudadanos, ejerció una violencia extrema para proteger los bienes desocupados del 1%. El fin explícito de la acción era el de fomentar el espíritu comunitario, abriendo un centro muy necesario en el que se contara con una biblioteca, cuidados médicos, educación gratuita y alojamientos de emergencia en una ciudad que sufre tremendos recortes presupuestarios, altas tasas de desempleo y una precaria educación pública. En respuesta, el gobierno municipal ha derrochado miles de dólares, proyectiles y botes de gas lacrimógeno, declarando la guerra a todos esos padres y madres, estudiantes, trabajadores, artistas, maestros, niños y veteranos. El único delito de estas personas ha sido el de creer tan firmemente en la tradición norteamericana de democracia, autosuficiencia y sacrificio por las siguientes generaciones como para estar dispuestas a poner sus vidas en juego para hacer de esta nación la democracia admirable que sabemos que puede llegar a ser.
El pasado sábado las acciones del alcalde Quan demostraron de nuevo que se ha declarado una guerra abierta contra el espíritu de la democracia, contra los ciudadanos de Oakland y contra esta nación en su conjunto. Por ello exigimos el fin de la administración del alcalde Quan y un cambio de régimen en Oakland. Manifestamos nuestra solidaridad con Occupy Oakland y les seguiremos apoyando mientras continúan con sus protestas pacíficas y con el fortalecimiento de su espíritu comunitario hasta que esta y todas las otras administraciones autoritarias hayan sido desalojadas de su poder ilegítimo. Juntos estamos construyendo un mundo más fuerte, una comunidad más sólida y una promesa más consistente para la próxima generación. 

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