por José Venturelli
Son actos de naturaleza dictatorial y criminal los que estamos viendo en el accionar de la represión gubernamental y del Estado.
Las noticias de las regiones de Aysén y Magallanes son malas. Y cada vez peores. Desde hace mucho tiempo. Y, como en otros lados y con otros problemas, el Gobierno y el Estado actúan sin resolver los problemas, aseguran aumentar la represión y lo hacen de entrada. Enviar al Ministro subrogante del Interior Ubilla a Aysén que es ahora el epicentro de la lucha popular era para predecir este resultado… Su patrón de respuesta es represión siempre primero. Por eso el titular Hinzpeter lo dejó de reemplazo. Y al retornar, Hinzpeter habla de aplicar el Estado de Sitio…
Ubilla reaccionó indignado ante la orden de la Corte de Apelaciones de Temuco de no asaltar comunidades mapuche, de no golpear a los niños y de terminar con el atropello inmediato, rutinario, de los mapuche por cualquier razón que se les antoje. Siente Ubilla –y sus jefes desde el Ministro del Interior al Presidente sienten- que es su privilegio y derecho reprimir y violar los derechos del pueblo mapuche y de cualquier otro. No sólo apeló la orden de la Corte de Apelaciones sino que sin tenerla resuelta siguieron reprimiendo. Nada es aceptable cuando se trata de demandas urgentes y legítimas: todo es criminalizado y la represión va primero. A Ubilla que iba supuestamente a dialogar y resolver las demandas justas presentadas, lo precedió un enorme avión Hércules con Fuerzas Especiales de Carabineros “a resolver su problema”. Y vaya como lo hacen.
Ahora en la represión contra la Región de la Patagonia en Aysén, Carabineros ha actuado con la violencia siempre desmedida que les es usual. Al Sr. Teófilo Haro, aysenino que estaba en la calle al momento de la represión brutal, lo hirieron con disparos de fusiles anti-motines y balines metálicos en la cara. Fue trasladado ayer al Hospital de El Salvador, en Santiago. Ya ha perdido un ojo por una herida de balín en un ojo y se nos indica que su situación es grave. Hay más lesiones graves y, se nos indica que debería ser operado. Los médicos han sido prohibidos de informar sobre este caso. El Hospital se niega a dar información alguna sobre su Estado, ni a su familia ni a las organizaciones de Derechos Humanos, en particular a la Comisión Ética Contra la Tortura, que ha sido requerida desde Aysén para que apoye a la familia. Fuerzas Especiales de Carabineros, al momento de trasladarlo a Santiago obligaba al Sr Haro a que firmara un documento… que lógicamente, por sus heridas, no podía ver. Sin embargo, lo hicieron “firmar” con una huella digital. ¡Que desfachatez y falta de sentido moral siguen demostrando! El documento no ha sido mostrado ni entregado a la familia.
La incapacidad del Presidente, de sus Ministros y de Carabineros de respetar los derechos fundamentales del pueblo chileno es increíble y debemos todos denunciarla y rechazarla. Criminalizar y disparar es la reacción a lo cowboy. Se trata de problemas ya conocidos y para los que nada han preparado. La Ley represiva Hinzpeter, en trámite, es la respuesta para la petición de los estudiantes y de los chilenos se la aplican a todos. Como la Ley Anti-Terrorista que relanzan desde su mediocridad mercenaria. La única respuesta sigue siendo adorar el lucro y reprimir a quien pretenda tener algún derecho.
La situación del Sr. Haro en el Hospital del Salvador es grave pero el gobierno y sus medios silencian los hechos, y siguen reprimiendo. Personalidades de Derechos Humanos, Parlamentarios han sido contactados y se busca una respuesta humana y que resuelva la situación. ¿Y este daño enorme al Sr Haro… quien lo repara, lo resuelve? ¿Tiene el Presidente la capacidad de reconocer sus errores enormes y reparar los daños causados? Hasta ahora… nada, no se oye nada. El Mercurio sólo pretende que los problemas lo crean los que exigen sus derechos.
La violencia continúa y el país retorna a un régimen de intolerancia total y que quiere obligar a que el gobierna sea obedecido simplemente porque el amo lo ordena. Pero los amos se terminaron y los pueblos de Chile ya no los van a aceptar nunca más.
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