“Ninguna sociedad tienen un futuro con las bases de las políticas de la extrema derecha (estadounidense)”, dijo a su llegada al Palacio de Miraflores, en Caracas, donde sostuvo un encuentro con el presidente venezolano, Hugo Chávez.
Debido al descontento con las políticas neoliberales, en 2010, surgió el movimiento de “indignados” para denunciar el actual sistema político-económico y reclamar medidas concretas para paliar la desocupación y las desigualdades sociales. Con los mayores epicentros en Estados Unidos y España, los ciudadanos de esos países respondieron con movilizaciones contra los recortes sociales impulsados por los gobiernos, además de manifestar un fuerte rechazo a la clase política y sus instituciones.
Con respecto a los comentarios del Gobierno norteamericano hacia Venezuela y Chávez, manifestó: “Creo que esta forma de demonizar a líderes o cualquier otra persona no es lo correcto”.
Asimismo, apuntó que tanto Estados Unidos como Venezuela “pueden aprender buenas lecciones sobre liderazgo”, y agregó que “muchos de los problemas en las relaciones tienen que ver con la historia, pero la mayoría de estos problemas surgen porque las personas no analizan las cosas en su contexto”.
“Hay que ver que hay tantos conocimientos que se pueden compartir y que se pueden construir juntos”, añadió.
AVN
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