La agencia antidrogas estadounidense confirmó el miércoles que algunos de sus agentes viajaban en un helicóptero de Estados Unidos con policías hondureños que dispararon sobre un bote pequeño en un río de Honduras, reporta AP.Dos hombres y dos mujeres embarazadas murieron en la operación, dijo un funcionario local.
Habitantes furiosos de la Costa de Mosquitos, poblada en su mayor parte por indígenas, quemaron varias oficinas gubernamentales del área en protesta por el ataque. Emitieron un comunicado en el que exigen que los agentes de la DEA (siglas en inglés de la agencia antidrogas norteamericana) salgan de la zona.
El tiroteo ocurrió el viernes en el río Patuca en el noreste de Honduras. Las autoridades hondureñas y estadounidenses dijeron que el equipo del helicóptero formaba parte de una misión antinarcóticos y que los agentes hondureños dispararon después de que la aeronave fue atacada.
Las autoridades locales dijeron que las víctimas buceaban en busca de langostas y mariscos cuando su bote fue atacado.
“Los pobladores inocentes y ajenos al problema de las drogas se transportaban en una lancha en sus actividades cotidianas de pesca… y los ametrallaron desde el aire”, aseguró el miércoles a The Associated Press el alcalde del poblado costero de Ahuás, Lucio Vaquedano, en una entrevista telefónica.
En un recuento de la quema de oficinas gubernamentales en la región norteña de Gracias a Dios, donde se encuentra Ahuás, Vaquedano dijo: “Algunos pobladores reaccionaron airadamente ante el ataque y participaron en actos de represalia contra las autoridades”.
Los líderes de los grupos indígenas masta, diunat, rayaka, batiasta y bamiasta afirmaron en un comunicado que “quienes iban en la canoa son pescadores, no narcotraficantes”.
“Por siglos hemos sido un pueblo pacífico que vive en armonía con la naturaleza, pero hoy declaramos no grata la presencia en nuestro territorio de esos norteamericanos”, agregó el texto.
El comisionado Ricardo Ramírez, jefe nacional de la Policía de Honduras, admitió que “el operativo se realizó con el respaldo de la DEA”, pero aseguró que los ocupantes del bote transportaban drogas y que le dispararon al helicóptero. Ramírez dijo también que se incautó de un fusil de asalto en el lugar.
Las autoridades de la DEA reconocieron que sus agentes trabajaban con la Policía hondureña a bordo del helicóptero. “Estábamos allí en un papel de apoyo, trabajando con nuestros homólogos”, dijo Dawn Dearden, portavoz de la DEA en Washington.
Funcionarios gubernamentales estadounidenses, quienes hablaron a condición de guardar el anonimato porque no están autorizados a hacer declaraciones oficiales a los medios, dijeron que las fuerzas policiales hondureñas no iniciaron el tiroteo, sino que devolvieron los disparos tras ser atacadas. Los funcionarios también dijeron que los agentes de la DEA no dispararon.
Otro funcionario estadounidense que habló bajo la misma condición de anonimato dijo que varios helicópteros propiedad del Departamento de Estado participaron en la misión y transportaban a miembros del Equipo de Respuesta Táctica de la Policía Nacional de Honduras.
Cuando se le preguntó acerca del tiroteo, Matthias Mitman, funcionario de la embajada estadounidense en Tegucigalpa, presentó un comunicado que decía: “Estados Unidos ayudó a fuerzas hondureñas con apoyo logístico en esta operación” como parte de los esfuerzos para combatir el narcotráfico.
El Departamento de Estado sostiene que el 79% de todos los vuelos de contrabando de cocaína que salen de Sudamérica aterrizan primero en Honduras y que Estados Unidos ha estado trabajando en conjunto con los militares hondureños para detener a los narcotraficantes.
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