El autor, integrante del movimiento de cabezas rapadas, hace un recuento histórico de las motivaciones, la dinámica y la estética del movimiento en Francia, y reivindica su naturaleza antisistémica
MAX
París, Francia. Los primeros skinhead (cabezas rapadas, en español) franceses aparecieron al inicio de 1977, la gran mayoría en París, pero también unos pocos en provincia, por ejemplo en Orleans, en Bretaña y en el norte del país.
En sus inicios el movimiento era relativamente apolítico, incluso nihilista, enfocado principalmente en Inglaterra y la ola Oi![1], con un gusto muy marcado por la provocación. Con los primeros viajes al Reino Unido llegaron las primeras Dr. Martens, los primeros Fred Perry[2], discos y nuevas influencias, tanto musicales como políticas.
Las primeras bandas parisinas de «rapados» se juntaban en Les Halles, en New Rose (tienda de discos), London Style (tienda de ropa), Bonsergent, Tolbiac, Belleville, entre otros lugares. En los suburbios periféricos y en provincia también se crearon grupos, que iban muy a menudo a la capital.
El primer grupo Oi! parisino fue Swingo Porkies, seguido por La Souris Déglinguée (el ratón chingado) que si bien no tenía mucho que ver con los skinheads, les impactó por sus letras sobre la vida callejera. Después llegó toda una ola de grupos más o menos efímeros, dentro de los cuales sobresalieron R.A.S. («Nada que señalar»), grupo definido como anticomunista pero declaradamente antifascista. Éste nació en 1981, cambió a menudo de formación, hizo muchos conciertos y sacó un álbum, «Dernière chance», en 1984. Los integrantes se separaron diez meses después, asqueados por la politización del movimiento: sus letras provocaban la ira de los nacionalistas y sus conciertos se convirtieron en exhibiciones de señales nazis, uso de gases lacrimógenos y peleas.
Otro grupo importante de esa época fue « l’Infanterie Sauvage » («Infantería Salvaje») que se formó en septiembre del 1982. Con su energía y sus letras, ese grupo marcó la escena skin francesa aunque Géno, el cantante, fue criticado por sus tendencias nazis, que acabaron con el grupo y lo llevaron a quemar un local de la Confederación General del Trabajo (CGT). La trayectoria de Géno es un buen ejemplo de la radicalización hacia la extrema derecha de los skin franceses, debida a la miseria intelectual, a la influencia del Front National, partido francés de extrema derecha, y a la del grupo inglés Skrewdriver. Los skinheads neonazis son llamados boneheads, es decir, cráneo de hueso.
A pesar de la existencia de grupos antirracistas como Rue Raia o Sherwood Pogo (fundadores del Kop of Boulogne), los skin nazis estuvieron de moda durante los 80 gracias a la publicidad de los medios de comunicación franceses, que presentaron el movimiento únicamente como neonazi. Varios reportajes enseñaron, a franceses pasmados, a esos jóvenes rapados con sus bombers caqui,paraboots y pitbull, e insistieron sobre su amor a la pelea y la cerveza, y su nostalgia del Tercer Reich. Era la época de Evil Skin, grupo mayor de esta escena (junto con Snix, Tolbiac Toads y Skincorps), cuyo cantante Snif (de origen iraní) acabó paralizado por un tiro de rifle disparado por un punk. Era la época también de Serge «Batskin» Ayoub, hijo de diplomática y activista político, que no dejó de organizar facciones violentas de extrema derecha, más o menos estructuradas. Su apodo «Batskin» venía de su uso frecuente del bate de beisbol en peleas.
Aunque al inicio skin, punks y otros alternativos se juntaban en las mismas okupas, centros culturales u otras salas para los conciertos, la politización hizo que ya no fuera posible.
Es importante destacar dos puntos. Primero, muchos skin de la época ochentera murieron de sobredosis, VIH o por violencia. Otros se han vuelto religiosos, punk o hippies, han redescubierto el reggae, y con él, otro aspecto de la cultura skinhead.
Segundo, era común en ese entonces ver punks y skin juntos, a veces en las mismas bandas de música, como los Caméra Silens de Burdeos y los Komintern Sect de Orleans.
La calle e incluso el movimiento francés entero pertenecían a los nazis, pero la resistencia se organizó. A finales de los 80 y al inicio de los 90 llegaron los Redskin, inspirados por el grupo de soul inglés homónimo: skinhead excesivamente comunistas para provocar a los nazis con sus agujetas rojas, el bate y la hoz como insignias en la bomber, con ganas de vencer. Los más famosos son los Redwarrios de París y, más tarde, los Redbones de Burdeos. Su idea era ir a buscar los FAFs (los nazis que reivindican “Francia para los franceses”) a su terreno y enseñarles que ya no estaban en casa. A mitad de los 90, y después de un largo trabajo en las calles y a nivel tanto ideológico como cultural, los skin nazis, dependiendo de las regiones, casi desaparecieron.
Empezó entonces la emergencia de los grupos redskin (skinhead comunistas), SHARP (Skinhead Against Racial Prejudice) y Trojan (en referencia a una disquera de reggae jamaicano).
Los redskin impulsaron la cultura internacionalista y secciones del RASH (Red and Anarchist SkinHead) aparecieron en toda Francia. Enfocaron su lucha contra el fascismo, el racismo, el sexismo, la homofobia y la injusticia social, y favorecieron la creación de muchos grupos y revistas hasta mediados de la primera década del siglo XXI. Los grupos más importantes fueron la Brigada Flores Magón, los Brixton Cats, Hors Contrôle, Los Foiros, Sons de Lucha, Redweiler, Bolchoi y Banlieue Rouge. Las revistas más famosas fueron Barricata, Brest la Rouge, AK47 y Burdigala Red Army.
Los SHARP tienen en común su afición por la versión original del movimiento skinhead (reggae, oi!, ropa, cerveza y multiculturalismo), pero existen tendencias varias: patriotas, anticomunistas, anarquistas decepcionados por el « autoritarismo » de unos redskin. Los grupos relevantes de esta corriente son los Herberts, Voices of Belleville, 8º6 Crew, Hard Time, Tricard, Civil Agression, Gonna Get Yours, Survet Skin, los Janitors, Impact o Esclave Salarié; sus revistas son Chéribibi, la Faute À Qui y Une Vie Pour Rien.
Los RASH y los SHARP tienen en común la voluntad de sacar a los nazis del movimiento. Pasan mucho tiempo explicando lo que es ser skinhead, que para muchos todavía es un movimiento fascista.
Existen también los apolíticos, que tienen una postura más que ambigua; son propensos a ser derechistas. Se puede citar los grupos Haircut, Traquenard, Kro Men o los Warriors Kids.
Mientras, la extrema derecha intentó crear su propia escena a finales de los 90 con el Rock Identitario Francés (RIF) y grupos como Brixia o In Memoriam, con el propósito de atraer a jóvenes hacía la ideología nazi, pero fracasó. Ello se puede explicar por la mediocridad musical, la falta de conciertos y las malversaciones. Desde hace unos años, el partido de extrema derecha Front National intenta dejar de lado sus aspectos turbios y prefiere correr a los bonehead de sus mítines. No obstante, siguen existiendo skin nazis en grupos como Fraction, DSH (Division SkinHead) y Unité Radicale. Un ex-miembro de este último intentó asesinar a Jacques Chirac, presidente francés de 1995 a 2007. Les Jeunesses Identitaires, fundadas por Fabrice Robert y Philippe Vardon, se pueden considerar como el laboratorio ideológico del Front National.
El futbol, como parte de la cultura obrera original de los skinhead ingleses, tiene un lugar importante también para los skin franceses pero permite a la extrema derecha atraer a jóvenes a clubs como el PSG, l’Olympique Lyonnais, l’OGC Nice o l’AS Nancy Lorraine.
Hoy en día, el paisaje skin es bastante triste. Las salas de conciertos, las okupas y los grupos se van reduciendo. El RASH ha alejado a muchos por su tendencia al autoritarismo, su falta de apertura y su cultura política, a veces escasa. Los SHARPS y TROJAN están divididos por cuestiones culturales; los apolíticos nunca formaron un movimiento congruente y sufren de una desconfianza fuerte por su ambigüedad.
Sin embargo existe un renacimiento del reggae, gracias al cual los skin se juntan para disfrutar la música sin preocuparse de ideología; esto causa un fenómeno de despolitización, hasta de rechazo total a la política. Se puede citar a los grupos Up Ten, Magic Lords and The Mighty Drakkar, Two Tone Club, Bobby Six Killer o los Branlarians. El problema es que los comportamientos homofóbos, sexistas, sectarios o racistas ya no son tan combatidos por aquellos que algunos llaman Fashion Skin: se alejan de la ideología de lucha original, de la desconfianza a la norma social, de la voluntad de acabar con las relaciones sociales establecidas. Ya sea por nihilismo o un proyecto revolucionario más avanzado, el objetivo es dar una patada al hormiguero social.
Cuando empecé a vestirme como skin era también por provocación, porque incomodaba a la gente, les preguntaba sobre ellos mismos de manera más eficiente que el estilo punk. Hoy falta este espíritu provocador, innovador y revolucionario. Cuando me hablan del orgullo de la clase obrera, siento que se olvidaron de luchar en contra del sistema de clase. Porque eso es la razón de tantos esfuerzos, de tanta pasión para construir ese movimiento alternativo. ¿Qué es sino un profundo deseo de emancipación frente a la frustración de una vida ya planeada, y el rechazo a un sistema que infantiliza?
[1] Las canciones trataban del desempleo, los derechos de los trabajadores, el acoso de la policía y otras autoridades y la opresión gubernamental. Algunas canciones oi! también tocaban temas menos políticos, como la violencia callejera, el fútbol, el sexo o el alcohol. Aunque el Oi! ha venido a ser considerado como un género principalmente orientado a los skinheads, las primeras bandas de Oi! estaban compuestas mayormente por punk rockers y personas que no encajaban ni en la etiqueta skinhead ni en la de punk.
0 comentarios:
Publicar un comentario