jueves, 2 de agosto de 2012

Islandia, el paraíso para las mujeres


Un hombre pasea a su bebé a orillas del lago de Reikiavik. / © Ofelia de Pablo
Guarderías en las universidades para las madres estudiantes, maridos que se ocupan al 100% de la familia, la primera ministra del mundo abiertamente declarada lesbiana: no es un sueño, es Islandia.
El 24 de octubre de 1975 el 90% de las mujeres de Islandia declararon el Women’s Day Off, fue algo así como una “huelga de brazos caídos” para denunciar la desigualdad entre hombres y mujeres. 36 años después su lucha ha llevado a Islandia a ser calificados por la revistaNewsweek como el mejor país del mundo para las mujeres en cuanto a derechos, educación, economía, política y justicia.
Hay -11º c. y es de noche a las 11 de la mañana en Reikiavik, la capital del denominado Paraíso para las mujeresKatrín Júlíusdóttir, Ministra de Industria, Energía y Turismo, nos recibe con un cálida sonrisa a pesar de la desapacible mañana. “A mí me encanta este clima. Ponemos la casa con velas para desayunar y a mis hijos les hace muy felices”, nos comenta mientras nos hace pasar. Ella era muy pequeña cuando las calles de la capital de Islandia se llenaron de mujeres de todos los rincones de la sociedad, tanto trabajadoras como amas de casa, pidiendo igualdad. Su madre fue una de ellas. El poderoso movimiento feminista llamado Red Stockings consiguió que todas a una clamaran por sus derechos. Aquella histórica marcha cambió el rumbo de la isla e “hizo tomar conciencia de la necesidad de una sociedad igualitaria entre hombres y mujeres –afirma Katrín-. La igualdad de género es clave para que un país avance. Hoy contamos con guarderías junto a las universidades (62 € para padres estudiantes al mes, desayuno y comida incluidos) para que las mujeres que lo deseen puedan continuar sus carreras universitarias sin que tener un hijo sea un problema. Yo misma llegué a mi posición política siendo madre soltera”.
El papel de los hombres también ha cambiado. “Ellos han tomado conciencia de lo hermosa que es la paternidad”  afirma Hrefna Rosa, la única chef, que a sus 31 años, es dueña de dos de los restaurantes más de moda en la ciudad. “Muchas de mis amigas, que son madres, son las que trabajan y sus parejas están felices en casa cuidando de los niños todo el tiempo”, señala Hrefna.
Los islandeses tienen tres meses de permiso parental obligatorio para el hombre y tres para la mujer; después hay otros seis que se pueden dividir como la pareja desee –total, un año-. Esta es una de las nuevas leyes que adoptó la primera ministra, Jóhanna Sigurdardóttir, al llegar al poder en 2009. Ella es, además de la primera mujer que ostenta este cargo en la historia de Islandia, y la primera ministra que se declaró abiertamente gay. Sus leyes para proteger los derechos de la mujer han sido muy bien acogidas en el país y la lista de acciones que su gobierno plantea acometer para seguir avanzando son ejemplares. Acaban de declarar ilegales a los clubes de striptease, han criminalizado el consumo de prostitución (no el ejercicio de la misma), hay un plan de acción contra el tráfico de mujeres y han adoptado el modelo austriaco en el tema de la violencia doméstica, siendo el perpetrador el que tiene que irse del domicilio familiar y no al revés.
La historia de Islandia está colmada de mujeres que han luchado por sus derechos. En 1980 fue elegida la primera mujer del mundo que ha sido presidenta de un país democrático: Vigdís Finnbogadóttir, que además era madre soltera. Ostentó el cargo durante 16 años. En 1983 se creó el poderoso Women´s Alliance, un partido feminista que llegó a conseguir seis escaños de los 63 existentes en ese momento. Una de sus miembros Ingibjörg Sólrún Gísladóttir fue alcaldesa de Reykjavik desde 1994 hasta 2003. Y en 2009, después de la terrible crisis económica que llevó al país a la bancarrota, han sido de nuevo las mujeres las protagonistas tanto de la escena económica como de la política.
“En 2008 se hundió la economía y con ella principios que habían crecido de forma alarmante: la peligrosa toma de altos riesgos y la ostentación propias del género masculino”, afirma Birgitta Jónsdóttir, activista parlamentaria, como ella misma se define. Birgitta es hoy miembro del partido ciudadano The Movement, nacido de las protestas contra el Gobierno a raíz de la crisis, además de una de las blogueras más importantes del país. “Las compañías dirigidas por mujeres son las únicas que han sobrevivido a la crisis”, añade Birgitta. “Hoy, las mujeres, tras las nacionalización de los bancos, han sido llamadas a dirigir las malogradas entidades New Landsbanki y el New Glitnir y es una mujer la primera ministra desde 2009”, recuerda.
Por fin comienza a “amanecer”, son las 12.30 p. m. y Katrín en su despacho del Ministerio esboza una sonrisa: “Lo mejor de ser mujer en Islandia es la libertad de ser tu misma, de poder realmente ser mujer. Yo tengo la libertad de poder seguir eligiendo mis propios sueños”.

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