lunes, 10 de septiembre de 2012

FMI, claudicación y renovación



FMI, claudicación y renovación
Cierto que hay que renovar el pensamiento y dejar atrás el dogma y las fórmulas caducas.
                                                                           Por Narciso Isa Conde

Aceptar acuerdos con el FMI no tiene nada que ver con la actualización de las izquierdas y si con claudicación.
Cierto que hay que  renovar el pensamiento y dejar atrás el dogma y las fórmulas caducas.
Cierto que el estatismo-burocrático (a nombre del socialismo y el comunismo) colapsó y no hay que reivindicarlo, aunque si precisar sus conquistas, sus rémoras y sus experiencias.
 Pero su derrumbe no le da razón al capitalismo-imperialismo actual, que en esta era neoliberal ha evolucionado para peor, tornándose mas brutal y expoliador,  y lanzando a la humanidad  a una crisis de existencia.
Creo en la abolición de la civilización burguesa, sumida en la peor multi-crisis de su historia. En la transición a un nuevo socialismo, profundamente democrático-participativo. Y mas allá: en un comunismo  propio del siglo XXI, que  reivindique y enriquezca a Marx y sus continuadores/as
Y si por eso  vale calificarme de “’dinosaurio’’ o algo peor, bienvenido sea este estigma. Lo acepto con alegría también por mi decisión de impugnar vigorosamente el anunciado acuerdo con el FMI, gendarme del capitalismo actual.
No sorprende  la coincidencia en ese asunto del PLD-Danilo con el decadente PRD y la gran burguesía de aquí y de allá.
Esos sujetos son partes inseparables del capitalismo neoliberal  y acatan sus recetas en tiempo de crisis.
El FMI fue escogido por Danilo, además, por la garantía que ofrece para guardar el secreto del desfalco peledeísta y facilitar la impunidad de los jefes de es partido.
En caso así el FMI es solo drástico en exigir:
1.- El pago riguroso la deuda pública, que compromete el 40%  del presupuesto.
2.- Rellenar el hoyo fiscal estimado este año en 120 mil millones de pesos, y posiblemente mas cuando se destapen las “facturas” del robo del siglo; hacerlo rápidamente vía recortes del gasto social, eliminación de subsidios, nuevos impuestos al consumo y tarifazo eléctrico.
4.-Ampliar la privatización de los servicios públicos y las riquezas naturales del país, intensificando el flujo de capitales voraces y su explotación irracional.
5.-Reducir el gasto capital, incluido el social, dada la rigidez del gasto corriente en este modelo político clientelista.
La negociación con el FMI, pues, es una camisa de fuerza adicional al Consejo de Desarrollo Económico y Social -donde hay Agripino y de todo, menos  pueblo- encargado de fraguar del “consenso” fiscal.
El marco neoliberal global que este régimen no se atreve a desafiar y el dominio de la partidocracia y de la burguesía transnacional que representa, apuntan a empobrecer mas aun nuestra sociedad.
¡Preparémonos para pelear en grande! 

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