x Al-Mukawama 
Hasta que el pueblo egipcio no culmine su revolución nasserista, panárabe, democrática y antimperialista no conocerá la paz
Los reaccionarios Hermanos Musulmanes con el presidente Mursi al frente son una nueva frustración para las masas egipcias que deben superar incontables obstáculos en su marcha hacia una verdadera revolución que no consiste únicamente derribar a tiranos, corrompidos y traidores como Mubarak, el mariscal Tantawi, el espía Omar Suleimán y ahora el integrista pro gringo Mursi sino instalar firmemente una república panárabe, progresista, democrática, antimperialista y antisionista.
La victoria de la OTAN y sus aliados de Al Qaeda en la vecina Libia que asesinaron a 80 mil libios según el viceministro sirio Faisal Mokdad, la agresividad sionista, la acción de la cúpula militar egipcia traidora, la represión del viejo aparato policíaco mubarakista son algunos factores que se interfieren entre las masas y su victoria.
La propia división del movimiento obrero y de las fuerzas revolucionarias contribuye a la victoria de los reaccionarios a pesar de la combatividad infatigable de las masas que hoy está haciendo tambalear a los Hermanos Musulmanes, nuevo eje sobre el que pivota la ofensiva sionista e imperialista contra las masas árabes.
Si las masas consiguen derrocar al nuevo faraón Mursi será una nuevo ayuda al gobierno sirio necesitado de nuevos aliados en la Nación árabe, hoy hegemonizado por reyezuelos corrompidos, tiranos y déspotas de la peor especie. El tirano turco Erdogan y el fantoche integrista Mursi ya han perdido el crédito político que tenían entre las masas musulmanas turcas y egipcias. La lucha popular terminará por imponerse.
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