Muchos uruguayos consideran que este jueves ocurrió un milagro: el ateo presidente José "Pepe" Mujica asistió a una misa que él mismo organizó para pedir por la recuperación del presidente de Venezuela, Hugo Chávez.
Prensa
Ante la atenta mirada de la prensa, Mujica acudió a la iglesia de los Franciscanos Conventuales de Montevideo para acompañar en los rezos por la salud de Chávez.
"Me estoy poniendo viejo y no sé si me estoy arrimando a Dios, o no. No soy creyente (...) Dentro de mi corazón todavía no puedo o no sé creer. Pero yo sé que Chávez cree a muerte y lo ha manifestado mil veces. No encontraba otra opción que hacer una cosa de estas para practicar un poco de solidaridad en un momento difícil para él", dijo Mujica a la salida de la ceremonia.
Los medios locales también destacaron la presencia de la esposa de Mujica, la senadora Lucía Topolansky, los ministros de Relaciones Exteriores, Luis Almagro, y Trabajo, Eduardo Brenta, poco habituales en los templos católicos.
Más temprano, el presidente uruguayo expresó su deseo de viajar a Cuba para apoyar al mandatario venezolano en su recuperación postoperatoria, porque "en la vida hay que ser agradecido".
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