Por Cristina Escobar
Si cabía alguna duda sobre el alcance de la tortura que ejecuta la CIA y el gobierno de los Estados Unidos sobre el mundo, ya está aclarada. Un mapa revela todos sus lugares no tan secretos… Varios medios internacionales publicaron un informe del Instituto Open Society, titulado Globalizando la Tortura: detenciones secretas y rendiciones extraordinarias de la Agencia Central de Inteligencia. El documento revela un mapa de dónde la CIA realiza actividades relacionadas con la tortura. El mapa cuenta una historia , ilustra en cuántos lugares tiene algún tipo de instalación o servicio, como cárceles secretas o permiso para realizar vuelos secretos. La polémica no se hizo esperar.
Otro medio digital muy leído en Estados Unidos, The Huffington Post, publicó un comentario del profesor Greg Grandin, de la Universidad de Nueva York… Dice el autor que 54 países participaron de varias maneras en el sistema de tortura que Estados Unidos impone al planeta. Casi ninguna parte del mundo se salva de tener en sus fronteras lugares donde se practica la tortura o se encarcela sin juicio. Ni norteamérica, donde está ubicado esta especie de comando central de la tortura, ni Europa, ni Medio Oriente, ni África ni Asia. Casi el mundo entero, sin embargo hay una parte que no alberga la tortura ejercida por Estados Unidos. El mapa lo dice con claridad: el horror de la tortura no se acepta en Latinoamérica. Grandin titula su artículo: La excepción latinoamericana. Ni un solo país de la región, que antes Wahington llamaba su traspatio, participa en el abuso y el terrorismo de estado ejercido por el gigante del norte. Ni siquiera Colombia, un país tan cerca políticamente de Estados Unidos, y quien tiene en su territorio varias bases militares, tiene entre sus territorios, según afirma el mapa, lugares donde se practique la tortura. El análisis de este historiados norteamericano resulta muy interesante cuando refiere, que solo hay una gran mancha en el mapa de nuestra región: la Base Naval de Guantánamo, un territorio ilegalmente ocupado por Estados Unidos en Cuba, donde mantienen un centro de tortura, pero el autor no se queda callado con respecto a este tema el caso de la ilegal Base Naval de Guantánamo subraya el punto, “ya que Teddy Roosevelt se adjudicó ese territorio en perpetuidad a principios del siglo XX”. Un lugar que ocupan ilegalmente, y que además usan para actividades ilegales, donde mantienen detenidas a personas sin juicio.
Llama la atención que Latinoamérica quede libre de este flagelo, teniendo en cuenta que la historia reciente demuestra que fue el centro de operaciones para ensayar lo que ejecutan ahora, ya que en los años 60, 70 y 80 se aplicaron probablemente las más férreas dictaduras de la historia, debido a la aplicación del plan Cóndor, diseñado desde Washington. Cientos de miles de personas en Latinoamérica fueron torturadas, asesinadas, desaparecidas o encarceladas sin juicio, debido en gran parte a la organización y el apoyo proveído por Estados Unidos a los regímenos totalitarios de aquel momento. Grandin recuerda que tres de los actuales presidentes de la región fueron víctimas de esta barbarie: el uruguayo José Mujica, la brasileña Dilma Roussef y el nicaraguense Daniel Ortega.
Cuando el principal conflicto de la guerra fría terminó en 1991, organizaciones derechos humanos comenzaron a desmantelar todos estos hechos. Pero, a pesar de la cercanía a Estados Unidos y al pasado reciente de tortura y crimen, hoy Latinoamérica y el Caribe no albergan, ni promueven, ni realizan tortura bajo los auspicios de Estados Unidos ni de nadie… Pocos años después de 1991 una generación de gobiernos de izquierda tomaron poder, y limitaron la influencia de Washington en la región. Cuando los ataques del 11 de septiembre, momento en el que comenzó la guerra contra el terror, y la nueva excusa de Washington para llevar la guerra y la tortura a donde quisieran, ya en América Latina presidía Hugo Chávez, más tarde ganó la presidencia de Brasil, Luis Inacio Lula da Silva, y después en Argentina fue elegido Néstor Kirchner. Luego en Ecuador ganó Rafael Correa, quien sin miedo y con absoluta firmeza expulsó a los militares estadounidenses de la base aérea de Manta.
Habrá quien piense que el hecho de que ese mapa publicado por el Instituto del Open Society, no incluya a Latinoamérica, es porque Estados Unidos no quiere tener en la región centros de tortura. No obstante, las evidencias cuenta algo distinto. Washington lo necesita e incluso lo ha pedido. Se sabe por cables de Wikileaks, que el Departamento de Estado norteamericano intentó que Brasil acogiera a prisioneros de la Base Naval de Guantánamo, a lo que Lula se negó muchas veces.
Cabe preguntarse: ¿Por qué en tantos lugares y no en Latinoamérica? Es el resultado del logro de gobiernos democráticos que defienden la soberanía por encima de todo, hasta por encima de las presiones económicas del país más rico del mundo. Es también una muestra de coherencia entre todos los países que integran la región, que ahora está más unida que nunca. Es una excelente noticia que al menos en esta parte del mundo, Estados Unidos no imponga su reino del terror, y es aún una mejor noticia, que esa parte del mundo sea nuestra América Latina.
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