por Raúl Bracho
Todos los días ensaya como mover la mano izquierda y parecer zurdo, todos los días escucha los discursos de Chávez y ensaya frente al espejo. Su disfraz parece real, también su discurso, engaña cada vez con más certeza.
Carlos Marx escribía: La tradición de todas las generaciones muertas oprime como una pesadilla el cerebro de los vivos. Y cuando éstos aparentan dedicarse precisamente a transformarse y a transformar las cosas, a crear algo nunca visto, en estas épocas de crisis revolucionaria es precisamente cuando conjuran temerosos en su auxilio los espíritus del pasado, toman prestados sus nombres, sus consignas de guerra, su ropaje, para, con este disfraz de vejez venerable y este lenguaje prestado, representar la nueva escena de la historia universal. Así, Lutero se disfrazó de apóstol Pablo, la revolución de 1789-1814 se vistió alternativamente con el ropaje de la República Romana y del Imperio Romano, y la revolución de 1848 no supo hacer nada mejor que parodiar aquí al 1789 y allá la tradición revolucionaria de 1793 a 1795. Es como el principiante al aprender un idioma nuevo lo traduce mentalmente a su idioma nativo, pero sólo se asimila el espíritu del nuevo idioma y sólo es capaz de expresarse libremente en él cuando se mueve dentro de él sin reminiscencias y olvida en él su lengua natal.
El fascismo se basa en la mentira repetida, en el engaño a las masas débiles ideológicamente.
Capriles, fascista de cuna, pretende engañar a nuestro pueblo en este escenariopolítico luego de la partida de nuestro eterno comandante Chávez, crean sus poderes económicos situaciones de descontento para lograr que las masas trabajadoras sean contrarias al avance de la revolución, crean con éxito el descontento para venir muy pronto a dar su estocada final y tratar de derrumbar la revolución.
Dice y repite que la culpa del desabastecimiento propiciado por sus vecinos de Country Club es culpa de Nicolás Maduro, que por su culpa no hay papel para limpiarse el culo, esto lo vi en el Chile de Allende, es una miserable jugada fascista ya repetida, dejarnos sin papel toilet, sin aceite y sin Harina Pan es parte del guion, presionar al estado para que suba los precios de los productos básicos y luego salir a decir que es parte del “paquetazo rojo” es cumplir el guion golpista.
La población vulnerable dentro del Chavismo está siendo atacada.
Capriles se vende como el libertador, como el nuevo Chávez y sucumben ante sus mentiras los débiles que antes apoyaban a Chávez. El apuesta a vencer en un revocatorio sino es que antes le da una patada a la democracia con cuatro generales golpistas y oscurece el futuro de la patria en un mar de sangre.
La revolución debe ser bien contundente en esta hora, como dijo Chávez siempre: “peguémosle donde les duele, en el bolsillo”
Ante el escenario de golpe constante hay que avanzar con la revolución. Tener el Poder en manos del pueblo implica el compromiso de hacer la revolución.
Capriles debe ser derrotado, desenmascarado y enjuiciado, pase lo que pase. Aquí hay pueblo para eso. Aquí hay pueblo para que defendamos la revolución de Chávez.
Solo el pueblo es Chávez, Capriles debe ser pulverizado.
Que el pueblo sepa ser digno y valiente.
A vencer a Capriles en su desesperadas ansias de destruir la obra de Hugo Chávez Frías.
¡Chávez vive, la lucha sigue!
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