Por Eddy Mac Donald Torres
Los tiempos de los revólveres, las recompensas y la ley del oeste parecían estar olvidados, mas con la llegada al gobierno de George W. Bush, el deja vu nos atrapó a todos. Osama Bin Laden era buscado vivo o muerto y así aparecía en los medios, nada más y nada menos que en boca del emperador de la posmodernidad.
Por estos días el hombre probablemente más famoso del mundo es norteamericano. Su nombre todos lo sabemos: Edward Snowden, ex analista de la CIA o de la tenebrosa Agencia de Seguridad Nacional (NSA). Resulta que este señor es un ´´delincuente´´ pues el gobierno de los Estados Unidos ha puesto precio a su cabeza y el propio presidenteObama ha declarado que tiene que ser extraditado y juzgado en su país. ¿Coincidencias?
Eduardo Galeano, en su texto Patas Arriba. La escuela del mundo al revés, nos ubica en una realidad que a pesar de parecernos extraordinaria es la cotidianidad moderna, vivimos una suerte de relación amor-odio con el pasado salvaje adaptándolo a un presente -parafraseando a Carpentier-, real nada maravilloso. ¿Cómo es posible que sean perseguidos, encarcelados, demonizados y torturados quienes hacen por el bienestar de la humanidad mientras los que participan activamente en su destrucción no son tocados ni con el pétalo de una flor?
Los Estados Unidos de América, por cierto, este nombre es de tal prepotencia que opaca a los demás pueblos del denominado continente, armarían una alharaca si una situación como en la que están envueltos ellos ocurriese con un país que no responda a sus intereses. Si fuese del Tercer Mundo lo más seguro es que los próximos titulares serían acerca de una invasión humanitaria para desplegar una justicia duradera o algún que otro eufemismo acostumbrado.
En materia de política internacional no he escuchado que el Consejo de Seguridad de la ONU se tenga que reunir para condenar al gigante del norte por su manifiesta y aviesa intención de destruir a todo lo que no tenga el signo de sus aspiraciones, sean pueblos, gobiernos, organizaciones o individuos, incluso totalmente ajenos a una situación que involucre a las decisiones imperiales, solamente porque como suelen decir los ´´terroristas buenos´´, estaban en el lugar equivocado en el momento equivocado, ahh por cierto esto tiene otra denominación en los documentos oficiales de los servicios de inteligencia norteamericanos, los famosos daños colaterales. Impresionante lo que son capaces de hacer con las palabras, creo que quienes se dedican a esto deberían ser tenidos en cuenta por la Academia de la Lengua, ¿no es cierto?
Ahora el quebradero de cabeza mayor para los del imperio posmoderno dejó de ser Julian Assange, un nuevo nombre se coloca en el sitial cimero en la lista de los más buscados y no solo por ellos sino por los medios tradicionales y sociales, comienza otro culebrón que amenaza ser no muy efímero, en esta categoría además de lo relacionado con el australiano más famoso de los últimos tiempos, (quizás de la historia) habría que contar con el soldado Bradley Manning acusado de traidor por develar las barbaridades de un ejército facineroso, ¿podría esperarse otra cosa del brazo armado de un imperio? me pregunto y respondo a la vez.
En un ángulo no tan lejano podría ubicarse a nuestros 5 héroes antiterroristas que pagan -todavía 4 de ellos-, injustas condenas por una actitud que debiera ser modelo de actuación y no motivo de encierro e intento de humillación. Estos hombres ayer se jugaron la vida por permitirnos dormir tranquilos, hoy nos inspiran con su firmeza, no me explico cómo puede ser esto condenado u olvidado en pleno siglo XXI.
El maremágnum de información generado diariamente a partir de que The Guardian y The Washington Post hicieran público el programa PRISM de espionaje telefónico y por internet, a propios y extraños en la supuesta panacea de la democracia, apunta directamente a la cara oculta de la luna, y eso es imperdonable para quienes detentan trono y cetro, hasta las potencias como Rusia y China han sido amenazadas por haber recibido al valiente Edward, así las cosas, los escándalos de la Casa Blanca (como dijera el poeta) hacen parte de la realidad, no os sorprendáis si escuchan en español ´´Se busca a Snowden con una recompensa de 100 millones de dólares´´, cosas veredes mio cid, cosas veredes.
(Tomado de Cuba x Dentro)
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