Extrabajadores en los departamentos de inteligencia de los Estados Unidos han denunciado que han sido perseguidos solo por oponerse al sistema y a los objetivos del gobierno. “El elemento clave aquí es el miedo. El miedo es control”, dijo el extrabajador de la NSA, Thomas Drake.
Exfuncionarios de inteligencia de los Estados Unidos han alzado su voz contra la política de espionaje practicada por el gobierno de ese país y han afirmado que las autoridades buscan infligir el miedo en sus ciudadanos para evitar levantamientos sociales.
El extrabajador de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA), Thomas Drake, denunció que el miedo es el principal motor de la sociedad estadounidense, luego de advertir en el 2007 que se creó un programa de espionaje masivo.
Al programa al que se refiere Drake es el polémico PRISM. Programa por el cual se puede tener información clasificada de cualquier organismo. Edward Snowden se encargó de publicar en una entrevista detalles precisos sobre este programa y cómo lo ha utilizado el gobierno de EE.UU.
“¿Qué pasa si no les gustas? ¿Qué pasa si te pronuncias en contra del Gobierno? ¿Qué pasa si dices algo que les parece ilegal? Este no es el país al que juré cuatro veces mi lealtad durante mi carrera. El elemento clave aquí es el miedo. El miedo es control”, dijo Drake.
Además de Drake, el exanalista de la Central de Inteligencia de los Estados Unido (CIA, por su sigla en inglés), John Kiriakou, denunció que la misma agencia miente a sus propios empleados. Kiriakou reveló también en el 2007 sobre las torturas sistemáticas que aplica el gobierno de su país.
Kiriakou se refirió a la práctica de la CIA destapada en Pakistán, donde se practicaban torturas conocidas como “ahogamiento simulado”. Por su denuncia, está cumpliendo una condena de 30 meses.
“No pensaba que acabaría en prisión. Pensaba que habría un debate nacional sobre el uso de la tortura como política oficial de los Estados Unidos. Jamás habría pensado que iría a la cárcel bajo el mandato del presidente Obama. Esperaba tantos cambios de él”.
Otro extrabajador de la NSA, el matemático Willam Binney se atrevió a desvelar los principios de la agencia en 2001 que le valió ser perseguido por las autoridades del país. Binney estuvo trabajando durante 30 años y actualmente es un activista que muestra su posición contra las políticas estadounidenses.
“Están violando el fundamento de todo este país. Están vulnerando la Constitución a la que se debe este Gobierno. Es por eso que me fui, no podía aguantar más una situación así”.
Los últimos casos de práctica de espionaje revelados son de Bradley Manning y Edward Snowden, quienes se encuentran en el tapete de le mesa del Pentágono por revelar más información que confirma el espionaje que practica Estados Unidos con sus ciudadanos y el resto del mundo.
El soldado estadounidense Bradley Manning se enfrenta a la justicia de su país por filtrar 500 mil informes militares sobre las guerras de Irak y Afganistán conocidos como los “Diarios de la Guerra de Afganistán”, publicados el 25 de julio de 2010, y “Registros de la guerra en Irak”, publicados el 22 de octubre de 2010.
La Corte militar de Estados Unidos declaró este martes que el soldado estadounidense Bradley Manning fue encontrado no culpable de “colusión con el enemigo”, sin embargo, el joven militar enfrenta otros cinco delitos por espionaje y cinco más por robo de documentos los cuales le podrían sumar 20 años o la pena de 150 años de prisión.
En el caso de Edward Snowden, también extrabajador de la NSA, la justicia estadouniense también está tras su pasos luego de revelar en una entrevista con el rotativo británico The Guardian la filtración sobre el espionaje y el PRISM que incluye a las empresas Google, Facebook, Skype, entre otras.
Snowden se encuentra desde el pasado 23 de junio en la zona de tránsito del aeropuerto de Sheremetievo de Moscú (capital de Rusia), donde llegó procedente de Hong Kong (China). Allí, Snowden solicitó asilo temporal y el abogado que lleva su caso, Anatoly Kucherena, confirmó que el estadounidense hace planes para vivir en Rusia.
TeleSUR / RT / The Guardian
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